'Oliva y Olivio, un abrazo ancestral' de Santi Senso
'Oliva y Olivio, un abrazo ancestral' de Santi Senso / Fotografía cedida por Santi Senso

Santi Senso, de «los Bejaranos» de toda la vida. Para quienes aún no te conocen, háblanos de ti.

Digamos que mi nombre artístico es ‘Santi Senso’ pero me llamo Santiago Senso Bejarano. El Bejarano es del Casar de Cáceres, que es de donde provengo por parte de mi familia materna, donde me he criado, junto a mi abuela Juana y mi abuelo Marcelino, los Bejaranos.

Es una familia muy poderosa, con un carácter muy fuerte. Me gusta que transite y transcienda ese carácter fuerte a un carácter poderoso, donde tenemos una gran seguridad en lo que queremos y en lo que deseamos. A pesar de ello, también nos caracteriza nuestra afectividad, la nobleza, el cariño y nuestra generosidad.

Teatro, danza, fotografía, pintura, y ahora, escultura. ¿Queda pendiente algún otro lenguaje artístico?

Me siento muy vivo en el arte. Quiero decir con esto que hay algo muy fuerte y muy poderoso, que me digo a mí mismo últimamente. Nunca me he etiquetado, pero tampoco quiero decir con esto que nadie me ponga una etiqueta, porque tampoco es malo. Si bien todo engloba como que soy un hombre de ahora, actual y vivo.

Las distintas disciplinas artísticas donde siempre me he movido han sido y son los musicales, el cine, la televisión, el teatro… Pero de pronto, ahora hay otras disciplinas artísticas, por decirlo así, que son la pintura, la cerámica, la escultura…, toda esa parte de la plasticidad que siempre ha estado en mis películas y en mis obras de teatro, mis llamados “actos íntimos”.

Lo que quiero decir con esto es que no me voy a permitir a mí mismo decir “yo no soy pintor”, “yo no soy escultor”, “yo no soy ceramista”, porque creo que hay una negación en mis propuestas artísticas y no voy a negar algo que me late. Obviamente no soy autosuficiente y siempre estoy rodeado de personas que potencian, que abrazan, que dan forma a mis locuras lindas. Entonces siento que el pintor no sólo es el que dibuja, o el escultor no es sólo el que esculpe, sino que hay una artesanía del diseño, de la creación, de la idea original… Es muy importante también crear ese grupo y generar ese equipo y que todas las partes que van a conformar la obra entiendan la propuesta.

Recientemente has inaugurado en Casar de Cáceres tu escultura ‘Oliva y Olivio, un abrazo ancestral’. ¿Qué nos puedes contar de la obra?

‘Oliva y Olivio’ es un brazo ancestral, embriagado de sabiduría de las personas que nos precedieron en nuestra tierra, no sólo en el Casar de Cáceres, sino en Extremadura y en el mundo.

'Oliva y Olivio, un abrazo ancestral' de Santi Senso
‘Oliva y Olivio, un abrazo ancestral’ de Santi Senso / Fotografía cedida por Santi Senso

Creo que es muy importante reavivar, desenterrar las tradiciones, la cultura, los cantos, las historias, el folklore, la gastronomía de nuestros ancestros… Y también generar nuevas tradiciones, nuevo folklore, nuevas gastronomías, nuevos cantos…, pero para mí hay que desenterrar. 

Es muy curioso esto porque yo enterré debajo de este abrazo de ‘Oliva y Olivio’ una cápsula del tiempo para que lo desentierren las personas que van a venir después, que serán nuestros hijos e hijas, nietos, tataranietos… En definitiva, todas esas personitas que van a seguir habitando nuestra tierra.

Es importante dejar ese legado de ese abrazo que simboliza la unión, sin pensar en la religión, en las clases sociales, ideales políticos, sino que este abrazo simbolice la unión entre hermanos y hermanas, entre vecinos y vecinas, peregrinos y peregrinas, forasteros y forasteras, que cuando pasen por la Plaza de los Abuelos y las Abuelas en ese abrazo de estos dos olivos, no sientan rencor ni odio, sino que sientan amor y unión.

Transmisores de sabiduría y experiencia. ¿Qué papel crees que tienen los mayores en nuestra sociedad?

En todas esas arruguitas que tienen en el mapa de su cuerpo las abuelas y los abuelos, desde un lugar cariñoso, porque hay muchas personas mayores que no han sido abuelos y abuelas. Me encanta sumergirme en esas raíces.

Yo veo en esas arrugas unas raíces que salen fuera y que hablan, más que están dentro, como que salen sus emociones, sus historias. Historias que muchas veces no han podido contar y ahora de mayores se atreven. ¿Por qué? Porque ahora son actuales, porque están vivas y vivos. En aquella época que les tocó vivir, no podían contar sus historias por muchas razones: la educación, el qué dirán, ideologías políticas, religión, la guerra civil, por muchas censuras y ahora esas arrugas hablan, cantan…

Es muy interesante sentir cómo esas arrugas o esas texturas o niveles, te dicen muchas cosas. Me emociono. Es como una meditación mirar esas pieles, esos rostros. Es hermoso. Y ahí está la sabiduría. Me encanta ir por la calle y pararme a observar a un abuelo o a una abuela, veo cómo danzan, cómo se mueven esas arrugas, que a la vez cuentan esas historias.

¿Cómo ha sido el proceso creativo y trabajar día a día en esta escultura?

Ha sido un proceso bastante duro y la dureza tiene que ver con el material emocional del que estamos hechos, pero con mucho amor, mucho respeto, mucha escucha, mucha aportación de muchas personas. Hay que destacar que esta escultura no está hecha sólo por mí, o ejecutada por un herrero, o boceteada por un pintor, está hecha con la ilusión de la unión y emocionalmente somos muy duros para entender que una escultura, una obra de arte, algo que hay que ejecutar, no es sólo materia, son sentimientos.

¿Puede ser que ‘Oliva y Olivio’ sea la primera obra de toda una serie de acciones artísticas en la calle?

Puede ser y lo es. Ya estoy haciendo la siguiente propuesta en la calle, que es para Malpartida de Cáceres y que se llama “Metralla de amor”. También estoy con otras propuestas en otras localidades de Extremadura y fuera de Extremadura y de España.

Es un espacio donde ahora quiero sacar este arte de estar vivo en la calle para que forme parte de la arquitectura emocional. Para mí es muy importante la arquitectura emocional en una obra de arte que forme parte de esas calles, de esas plazas, del día a día, de la mirada, de las emociones de cada transeúnte.

Si tuvieras que elegir una palabra que te definiera como creador y escultor, ¿cuál sería?

La definición de escultura y escultor es muy interesante porque “escultura”, es más que el arte de moldear el barro, tallar la piedra, la madera, hierro y otros materiales. También se denomina “escultura” a la obra elaborada por un escultor. ¿Y quién es un escultor? El que crea los volúmenes y conforma esos espacios. Por eso, digamos que me considero escultor porque creo en mi imaginario real ese volumen para que lo ejecute alguien que sabe trabajar la materia en sí, pero ese espacio está creado por mí. Entonces podría ser un arquitecto del imaginario real de las emociones, digo “imaginario real” porque no es una imaginación, el imaginario real es lo que estás viendo y lo que te hace sentir esa obra que está en ese espacio, esos volúmenes que es la obra en sí, en ese espacio que he creado yo como arquitecto del imaginario real de las emociones.

FuenteAvuelapluma
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