Ayuntamiento de Cáceres / RODRIGO CARMONA - AVUELAPLUMA

La escultura de San Jorge montado a caballo, del siglo XVII, que es propiedad del Ayuntamiento de Cáceres, se encuentra de nuevo en el consistorio tras haber sido limpiada y restaurada en los talleres del Centro de Restauración de Bienes Culturales de Extremadura, en Mérida.

Se trata de una talla elaborada en madera, con unas dimensiones de un metro de altura que representa una imagen de bulto redondo, de madera policromada, que ya fue restaurada en 1994 y que requería ya una nueva limpieza y restauración.

Es una figura ecuestre en la que San Jorge luce melena, con unos largos mechones, cubierta por un casco. Lleva una camisa de puños y cuellos abullonados sobre la que lleva una armadura entre medieval y romana, cruzada por una banda, con una larga espada al cinto y grandes botas con espuelas.

Escultura de San Jorge montado a caballo del siglo XVII / CULTURA AUTONOMÍAS
AYUNTAMIENTO DE CÁCERES

San Jorge eleva su lanza a modo de estandarte victorioso, montado sobre un caballo rígido; bajo sus patas se sitúa el dragón que semeja un gran odre verdoso y cuenta con dos agujeros que, según los autores del libro que se hiciera en su momento, estarían destinados a coger la parte de la lanza que se ha perdido.

Según los expertos que han estudiado la talla históricamente, es una escultura que «mantiene la ingenuidad, encanto y frescura de las obras de carácter popular propias del siglo XVII», ha asegurado el concejal de Patrimonio en funciones, José Ramón Bello, quien ha agradecido la colaboración de la Junta de Extremadura para llevar a cabo este «importante trabajo de limpieza y restauración».

Restauración

La escultura se trasladó hace un año a Mérida para que fuera restaurada en los talleres del Centro de Restauración de Bienes Culturales de Extremadura y, según el informe de los restauradores del centro, «la escultura contaba con roces generalizados por los traslados, grietas en el soporte, una pérdida de soporte de mayor y menor cuantía e incluso un ataque de insectos en la cabeza del caballo».

Por todo ello, se llevó a cabo una limpieza de la superficie, la consolidación y desinfección del soporte, la cubrición de las grietas y la reconstrucción de parte del mechón del adorno del casco y demás faltantes con una resina. «También se ha reintegrado parte de la capa y la policromía que se había perdido en una de las partes de la escultura y finalmente se dieron tres capas de barniz para poder proporcionarle la protección adecuada a esta joya del patrimonio cacereño», ha explicado Bello.

FuenteAvuelapluma/Europa Press
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