Con ánimo de discrepar
Víctor Casco

Alicia tenía 65 años cuando, el mismo día en el que iba a ser desahuciada de su piso en alquiler, optó por arrojarse al vacío. Tenía 65 años cuando un cuerpo frágil, tras una vida de luchas y privaciones, quedó roto en el suelo. Y se hizo el silencio.

Nuestro gobierno, calla. La oposición “responsable” del PP y Cs, lamentan pero no condenan al sistema que la empujó por el balcón. Nuestros medios relatan durante unas horas el luctuoso hecho y luego pasan a la siguiente noticia de impacto: el nuevo amante de Isabelita, el nuevo escándalo de corrupción, las nuevas soflamas racistas de la tríada reaccionaria.

Con 65 años uno debería estar haciendo planes de viajes del inserso, viendo qué se baila en el club de mayores del barrio, mirando plácidamente las obras o paseando por los parques. Con 65 años y una vida trabajada, nadie debería tener como única opción de futuro recorrer cinco pisos por desesperación e incertidumbre.

Somos el país donde Alicia, con 65 años, se tiró por la ventana porque ese día la iban a desahuciar

Alicia no podía pagar el alquiler. En estos pocos años hemos visto como los alquileres se disparan (igual que antes lo fue el precio de la hipoteca). Ni podemos comprar ni alquilar. Y los llamados fondos buitres se han hecho con la cartera de pisos sociales, antes en manos de la administración, para exprimir a sus ocupantes y hacer negocios con la especulación. Y los especuladores tienen apellidos notables, como Aznar Jr. Son los carroñeros.

“¿Y qué decir de nuestra madre España? – canta Gil de Biedma en la sextina Apología y Petición – De todas las historias de la Historia, la más triste sin duda es la de España, porque termina mal. Como si el hombre, harto ya de luchar con sus demonios, decidiese encargarles el gobierno y la administración de su pobreza”

Somos el país de Europa con los alquileres más altos. Somos el país de Europa con menos vivienda social por habitante. Somos uno de los pocos países de Europa donde es posible desahuciar a una persona de su casa aunque no tenga ninguna alternativa habitacional. Somos el país de Europa donde hemos rescatado a los bancos y a las autopistas o donde nuestros jueces solo hacen ojitos a esos banqueros que los invitan a cursos en hoteles de cinco estrellas o les pagan 3.000 euros por dar una charla. Somos uno de los países de Europa con mayor índice de corrupción, más desempleo, salarios más bajos y menos protección social.

Somos el país donde Alicia, con 65 años, se tiró por la ventana porque ese día la iban a desahuciar.

“Pido que España expulse a esos demonios – vuelvo a Gil de Biedma – Que la pobreza suba hasta el gobierno. Que sea el hombre el dueño de su historia”.

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