Museo Vostell Malpartida Medalla de Oro
Medalla de Oro al Mérito a las Bellas Artes al Museo Vostell de Malpartida

El Gobierno de España ha galardonado al Museo Vostell con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes 2018. La Agrupación de Peñas del Carnaval de Cádiz y la Norman Foster Foundation también se han llevado este reconocimiento.

Así, este premio pone en valor a aquellas personas o instituciones que han destacado en el ámbito de la creación artística y cultural o hayan fomentado el desarrollo o difusión del arte y la cultura o en la conservación del patrimonio artístico.

Los premios se entregarán en el mes de enero en Córdoba. El director del Museo Vostell José Antonio Agúndez ha recibido “como un regalo anticipado de reyes”. Además, insiste en que ha sido muy especial porque en 2018 “hizo 20 años desde que el artista nos dejó. Así se reconoce la labor de las instituciones y por supuesto, de la familia Vostell”.

A pesar de que muchas personas no le dan el valor que se merece al arte contemporáneo en general y al movimiento Fluxus en particular, Agúndez insiste “El Vostell es un museo abierto a la divulgación del arte en el siglo XX a través de numerosas actividades como visitas guiadas, catálogos, atención particularizada… ¡El año pasado pasaron por aquí más de 300 grupos! Sobre todo escolares y a los niños les encanta el arte contemporáneo” en que “es un reconocimiento también a la apuesta por el arte contemporáneo”.

Por último, el arte sigue siendo vida y por qué no cine… “Yo creo que eso de la guerra no le hubiera gustado mucho”, afirma Agúndez, “Eso sí, él fue el primero que convirtió a Los Barruecos en un referente que iba más allá del paisaje con por ejemplo con la interrogación del coche” prosigue el director. “Hoy estamos viviendo de la preservación de Vostell a la naturaleza. Este paisaje se ve con unos ojos distintos a como se veía antes de que él llegase”, sentencia Agúndez.

El hombre es hombre en Los Barruecos

La historiadora del arte Marina Bargón está a punto de sacar a relucir la primera tesis íntegra sobre Wolf Vostell. En concreto, el texto se titula ‘Del mundo mineral al mundo animal. Wolf Vostell y la utilización de la naturaleza en obras de arte intermedia’. Bargón, relata a este medio como la infancia de Wolf Vostell estuvo marcada por la II Guerra Mundial. “Su familia tuvo que refugiarse en los bosques de Chomutov, situada en la actual Chequia y que fue tomada también por los nazis”, afirma la joven.

“Cuando termina la contienda”, prosigue, “tienen que regresar a Leverkusen a pie. Así, Wolf Vostell descubrirá una Europa devastada”. En este tiempo los esqueletos de las ciudades en ruinas así como el paisaje natural son los protagonistas del viejo continente. Esa naturaleza en la que ha estado inmerso durante varios años ha quedado absolutamente desolada. “Todo esto queda en su subconsciente porque es un viaje en el que se alimentan como pueden y duermen en la calle”, continúa Bargón. “Todo esto le marca profundamente y lo va a reflejar posteriormente en la mayoría de sus happenings y sus obras”, sentencia la investigadora.

Cuando el artista fluxus llega a Malpartida se encuentra con que “la luna es luna, que las estrellas son las estrellas, que los pájaros cantan y que el hombre es hombre”, tal y como reza un texto. Es decir, en Los Barruecos todas las raíces del hombre siguen vivas. Aquí hay industria y hay coches pero a la vez se puede convivir con un lavadero de lanas y la trashumancia. Para colmo, esta ciudad se llama Malpartida, lo mismo que sucedía con Berlín, que estaba partido en dos. “Este juego de palabras a él le parece como si el destino le estuviese hablando. Siente que estar aquí y que este es el lugar que lleva buscando toda su vida”, narra Bargón.

“Yo defiendo que el agua es el elemento natural más importante en toda su obra. Es el elemento que más aparece”, afirma la historiadora del arte. No olvidemos que Los Barruecos no dejan de ser un entorno natural con muchísima biodiversidad pero que están fuertemente ligados al agua.

“Las grandes piedras en el fondo eran reminiscencias de lo que el ser humano puede mitificar como Stonehenge”, cuenta Bargón. “La piedra siempre ha sido siempre el elemento motor en las construcciones hasta el siglo XIX. Vostell encuentra en Los Barruecos una oda a la historia del hombre, a la historia del arte y a la humanidad en general”.

A modo de conclusión, según la investigadora “La naturaleza interiorizada por Wolf Vostell supone una verdad de vida, un grito a la existencia y una exaltación a la vida”.

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