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La entrega del Premio ‘Protagonistas del mañana’ sirvió para que los rotarios (Club Rotary de Cáceres) bautizaran su recién creado galardón y para descubrir que el presidente Monago alberga la capacidad de asombrarse. No está nada mal, tratándose de un político, que además está rozando el final de su legislatura. Sin ánimo de generalizar, claro está.

En una ceremonia descolorida, hete aquí que a Monago le salió su vena filosófica y contó a la concurrencia cómo, a veces, él también se exilia de los mentideros de la vida política y consigue mantener conversaciones con gente interesante como el científico Juan Carlos Izpisúa. “Algo bueno tendría que tener ser presidente de la Comunidad Autónoma” subrayó un Monago socarrón.

Izpisúa dimitió el pasado mes de enero como director del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona (CMRB) ante la falta de apoyos políticos y financieros. En su corta vida, el CMRB ha publicado más de 200 ‘papers’ (artículos técnicos), incluidos algunos de los hitos del emergente campo de la medicina regenerativa, un apartado que fascinó al presidente Monago, según él mismo narró en la entrega de premios.

Monago se tomó su tiempo para contar cómo Izpisúa ha logrado generar por primera vez estructuras renales tridimensionales a partir de células madre humanas, que el mismo centro ha calificado como ‘mini-riñones’. Los investigadores no habían logrado hasta ahora generar células del riñón en cultivo, por lo que el trabajo supuso una «auténtica revolución científica» cuando se publicó el pasado mes de noviembre de 2013 en la revista ‘Nature Cell Biology’.

“Algo bueno tendría que tener ser presidente de la Comunidad Autónoma” subrayó un Monago socarrón

Apenas dos meses después, el científico presentaba su dimisión y  España perdía a un líder mundial de la investigación con células madre.

Resulta paradójica esta situación, teniendo en cuenta que en el acto el presidente del Gobierno de Extremadura invitó a los nueve jóvenes seleccionados en la primera edición del Premio ‘Protagonistas del mañana’ a que devuelvan parte de su experiencia, su conocimiento y su «querer» a Extremadura, «una tierra maravillosa», resaltó.

Juan Carlos Izpisúa representa como nadie la profunda fuga de cerebros que se está produciendo en España. La salida de Izpisúa ha llegado en un contexto de una grave crisis para la comunidad científica. Recordemos que en noviembre de 2013 trascendió que 13 reconocidos científicos españoles enviaron una carta al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para pedirle que no siguiera recortando los recursos destinados a la investigación, porque, subrayaban, supondría “sentenciar a muerte” la ciencia pública española.

No mencionó Monago en su discurso la salida abrupta de Izpisúa del CMRB, pero, aunque veladamente, quizás realizó un llamamiento a esos jóvenes que ahora van a iniciar su andadura universitaria a que tuvieran en cuenta su tierra para desarrollarse profesionalmente en el terreno que decidan. Si les dejan, claro está…

Eduardo Villanueva /

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