humo

Versos del insomnio /
Víctor M. Jiménez

Un gigante, pálido como la luna,
recorre el bullicio de las calles
cuando nadie recuerda el primer trago.
Por un megáfono grita arengas maliciosas
y una legión de incautos siguen
la estela verde de sus pies.
Pobres caricaturas que, cegadas por el destello
de un faro fantasma situado en el epicentro del vacío,
acuden al viejo reclamo
desnudas de prudencia.
Son buenos tiempos para los mercaderes de humo,
las redes revientan con los augurios de los profetas
y los silos se yerguen huecos, como cicatrices del pasado.
Al menos, la semilla de la poesía
brota en tierra estéril.

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