Más controles, obras paradas y prohibición de velatorios

La Policía Local de Cáceres ha sancionado a un total de 71 personas este fin de semana por incumplir el estado de alarma. Solo el sábado se identificaron a 295 peatones y se realizaron 356 controles de vehículos, muchos de los cuales se desplazaban a casas de campo sin causa justificada. Por tanto, se ha intensificado la vigilancia abriendo los maleteros de los coches para comprobar lo que se llevaba en ellos.

Así lo ha indicado el alcalde cacereño, Luis Salaya, en la primera rueda de prensa online de esta semana. Ha explicado  que el viernes se pusieron 28 denuncias, el sábado se sancionó a 32, y el domingo se interpusieron 11 sanciones. Del total de denunciados, tres se trataba de personas que venían a la ciudad, una de ellas desde Huelva, cuando los desplazamientos a la capital cacereña están prohibidos por un bando de Alcaldía.

También se han dado traslados de grupos de personas a casas de campo para realizar fiestas familiares o de amigos. Algunos de estos viajes se han realizado de forma individual en un solo coche para no levantar sospechas. Este «tipo de fraude» se ha detectado gracias a que la policía está inspeccionando los maleteros para comprobar que se cumple la normativa. Cabe recordar que esta estipula que solo se puede ir al campo a atender a los animales domésticos.

«Hay un control bastante exhaustivo», ha señalado el regidor. Además, ha destacado que, por normal general, los cacereños están cumpliendo las restricciones impuestas por la crisis sanitaria que en España son «de las más duras».

Respecto a la situación sanitaria de la Policía Local, la plantilla ha arrojado un total de 10 agentes infectados por coronavirus ,  16 han dado resultado negativo. Además, no se realizarán más tests a los agentes hasta el próximo miércoles, según ha informado el alcalde.

Las obras se paran

En cuanto a las nuevas medidas decretadas por el Gobierno sobre la paralización de la actividad que no sea necesaria, Salaya ha anunciado que todas las obras que se están desarrollando en la ciudad echarán el cierre. De todos modos,  «algunas no podrán hacerlo de forma inmediata porque puede haber alguna actuación de emergencia para garantizar el suministro de agua y luz», ha dicho.

También ha advertido de que, en los próximos días, se verán peones trabajando en las obras Parque del Príncipe, donde permanecerá un retén «mínimo» para hacer un cerramiento a la obra. Así se previene el el robo de material que se está utilizando para la ampliación de este espacio verde.

Se han prohibido los velatorios y se reduce la presencia de personas en los enterramientos en el cementerio municipal, que pasan de 10 a tres. En el caso de que el fallecimiento sea  por COVID-19 no se permitirá la presencia de ningún familiar.

El alcalde ha querido recordar a Pilar Rodas, trabajadora de la Universidad Popular (UP), que ha sido «un referente en la educación para adultos y muy comprometida con el trabajo social en Aldea Moret». «Debemos mantener la moral lo más alta posible durante este trance y cuando pase esta situación llegará el tiempo de homenajes a todas las personas que nos hayan dejado», ha declarado el regidor. 

Para sobrellevar mejor esta situación, dos trabajadores municipales que son psicólogos están prestando su ayuda a varios colectivos como policías o trabajadores del IMAS, que están en contacto permanente con la problemática social que se deriva de esta situación.

El gobierno local no se ha hecho la prueba

A la pregunta de si él o algún miembro del equipo de Gobierno se ha realizado la prueba del coronavirus toda vez que están en contacto con más población, Salaya ha respondido que «no» se la han hecho porque se adoptaron medidas de prevención «muy rigurosas» y con prontitud. De hecho, la mayoría de los concejales están en sus casas confinados y solo permanecen en el ayuntamiento el alcalde, y los concejales Andrés Licerán y María José Pulido, que trabajan con distancias de seguridad.

«No asumimos más riesgo que otros colectivos como sanitarios o policías», ha indicado Salaya, que además ha dicho que «si no se ha lecho la prueba a todos los policías o sanitarios, no tiene sentido que se la hagan los concejales».

No obstante, ha reconocido que la primera semana sí existía una preocupación por el riesgo de contagio porque había muchas reuniones presenciales, pero se optó después por la videoconferencia. «Cáceres fue una de las primeras ciudades de España en aplicar medidas muy duras para luchar contra el coronavirus», ha sentenciado Salaya, que ha añadido que «no se tienen más contactos que los pueda tener cualquier persona confinado en su casa».

El alcalde ha explicado que, en estas semanas, ha padecido dos infecciones de anginas que han sido tratadas con antibióticos, pero que presentaba síntomas incompatibles con el coronavirus, por lo que su médico descartó hacer el test.

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