¿Qué aspecto destacaría de la labor del IMEx y su equipo en estos últimos cuatro años?
Nos hemos esforzado en coordinar, que era lo más importante. Existían recursos y servicios pero sin conexión entre ellos. Además, lo que es más grave, existía una gran desinformación entre unos y otros servicios, que hasta llegaban a desconocer las competencias de cada uno.
En estos últimos cuatro años nos hemos esforzado en aumentar el nivel de eficacia y eficiencia de los recursos.
¿De qué recursos disponemos en la región?
Ya en el 2011 empezamos a institucionalizar las primeras mesas de coordinación territorial contra la violencia de género. Son 37 mesas conformadas en mancomunidades por profesionales que puedan intervenir en casos de violencia de género.
También nos hemos centrado en el ámbito educativo, para que el profesorado actúe en el ámbito de la prevención. Cómo puede el profesorado detectar la violencia de género en los centros educativos…
Tenemos a los cuerpos y fuerzas de seguridad, para actuar directamente. Y en el ámbito del seguimiento, los puntos de atención psicológica y los programas de recuperación integral. Así como las viviendas de promoción pública.
La información que nos aporta el tejido asociativo es vital para reforzar protocolos de actuación
Todo el proceso está cubierto y, además, siempre hemos invitado a asociaciones para que aporten su punto de vista y sirvan como guía a la hora de ofrecer información.
A partir de aquí, de la cooperación y el intercambio de información tangencial, se ha creado un protocolo territorial contra la violencia de género.
Un protocolo firmado por la Delegación del Gobierno, la FEMPEx y el GOBEx.
Ya no son solo profesionales que se reúnen para tratar un determinado tema, sino que existe además un protocolo de actuación que unifica los esfuerzos.
Precisamente, como colofón a todo ese proceso de unificación, se ha creado una nueva herramienta informática: el Actviogen…
Sí. Es un proyecto que hemos empezado a desarrollar en diciembre y que comenzaremos a testar en mayo para pulirlo.
Es una herramienta que busca la eficiencia con aquellas mujeres que hayan sido víctimas de violencia de género, que permite algo muy importante en estos casos: unificar la gestión de todos los expedientes de víctimas de violencia de género, para evitar que las mujeres tengan que rememorar lo sucedido más de una vez.
Todo el desarrollo de esta herramienta se está haciendo con el consenso de los profesionales implicados de cada territorio y con las distintas instancias: educación, sanidad… Todas las propuestas y cuestiones de cada una de las partes, al servicio de una herramienta común.
Otra de las herramientas que se pondrá en marcha es el buzón de denuncias…
El buzón estará integrado en el portal del ciudadano del GobEx y es una herramienta a través de la cual se podrá denunciar la discriminación laboral de la mujer, un lugar en el que se podrán depositar documentos que serán gestionados por el IMEx.
En cualquier caso, una denuncia planteada a través de un buzón no puede prosperar judicialmente. Se trata de una vía de acercamiento e introducción con conexión directa con la Inspección de Trabajo. Se trata de ofrecer una atención ágil y directa a las mujeres.
Es importante reconocer la contribución de las mujeres rurales al progreso de la sociedad
Por eso, hay que aclarar que existen las oficinas de igualdad en el empleo, que son una vía para advertir de cualquier tipo de discriminación de género en el ámbito laboral, que además cuenta con asesoro judicial en el caso de que prospere un asunto.
¿Cuál es la importancia del tejido asociativo en el trabajo que se hace desde el IMEx?
Trabajamos constantemente con los colectivo sociales en general y con aquellos que sufren doble discriminación, como es el caso de mujeres inmigrantes, minorías étnicas, mujeres con discapacidad y mujeres del mundo rural. Gracias a este trabajo, podemos profundizar en algunos protocolos específicos, detectando las trabas adicionales que tienen estos colectivos.
En este sentido, ¿cómo se ha trabajado en los ámbitos rurales?
Desde el primer momento, mi equipo se ha volcado en este aspecto. Extremadura se caracteriza por su impronta rural, pues casi el 60% de la población extremeña vive en el ámbito rural.
La información a través de la red de oficinas de igualdad y la eficacia de los 17 puntos de atención psicológica son una muestra de la eficacia del trabajo del IMEx, cuyos recursos han ido en aumento pese al escenario de crisis.
Hay aspectos como el servicio de transporte especializado para víctimas, que también suponen un gran apoyo en zonas rurales.
Es importante reconocer la contribución de las mujeres rurales al progreso de la sociedad; un progreso que no puede olvidar uno de sus principios fundamentales: la igualdad.
Las Oficinas de Igualdad están concebidas como un instrumento para mejorar la situación social, económica, laboral, política, familiar y cultural de la ciudadanía, introduciendo el enfoque de género en las políticas mancomunales y municipales.
Su finalidad acercar las políticas de igualdad a toda la ciudadanía, haciéndolas visibles y operativas. Con este propósito, sus profesionales trabajan en estrecha colaboración con las administraciones locales, los centros educativos, las asociaciones civiles y los agentes sociales.
De hecho, son el referente para todas las instituciones, profesionales, asociaciones, la ciudadanía en general y para las mujeres en particular, en materia de Igualdad y Violencia de Género.
Se está trabajando en la puesta en marcha de un buzón electrónico a través del cual los ciudadanos podrán informar a la Administración de circunstancias que pudieran ser objeto de discriminación laboral por razones de sexo.
El buzón estará integrado en el Portal Ciudadano ciudadano.gobex.es
En materia de violencia de género, el programa ‘Actviogen, A tu lado Contigo’ pretende unificar y hacer efectiva la gestión de todos los expedientes de víctimas de violencia de género en la región.
Actuación desarrollada por la Dirección General de Vivienda y Arquitectura, destinada fundamentalmente a mujeres con o sin hijos en situación de vulnerabilidad, entre ellas las víctimas de la violencia de género.
En total son 22 viviendas: 10 en Badajoz, 6 en Plasencia y 6 en Cáceres.
