Pantalla /
Eduardo Villanueva
Ahora que ya conocemos desde hace días las candidaturas a los Oscar, vamos a hacer un repaso a los olvidados de este año; aquellos que no han pasado la criba, vaya usted a saber por qué, dada la facilidad de la Academia en premiar basuritas en lugar de producciones sólidas, en dividir los premios de dirección y película, y esas cosas propias de un colectivo simpar y variopinto. Entre los nombres de los olvidados destacan los de Steven Spielberg, Ridley Scott, Quentin Tarantino, Tom Hanks y Aaron Sorkin.
Vamos por orden. En el caso de Spielberg, bien olvidado está porque este hombre no levanta cabeza desde que filmara ‘Munich’ (en 2005, y ya ha llovido), su cinta más amarga y directa, donde no hay cabida al almíbar que tanto le gusta al otrora-rey-Midas-de-Hollywood.
Ahora, con ‘El puente de los espías’ nos regala una primera hora intensa y casi prodigiosa, para resbalarse después por el tedio y rematar una cinta anodina, que no ha superado la barrera de los 100 millones de dólares en la taquilla doméstica. De Tom Hanks no digo nada, porque a mí es un actor que me da bastante pereza, aunque sus interpretaciones son muy solventes. Pero ya ganó dos Oscar consecutivos con ‘Forrest Gump’ y ‘Philadelphia’ (algo solo igualado por Spencer Tracy), así que ya va servido.
El caso de Ridley Scott ya es para dar un puñetazo a la Academia. Hablamos de uno de los cineastas más visionarios de los últimos (casi) 40 años, con películas seminales de la ciencia-ficción, como son ‘Alien’ y ‘Blade Runner’. Pero después de décadas sigue sin Oscar. Este año tampoco es que se lo mereciera mucho, porque ‘The Martian (Marte)’ parece más una cinta de Ron Howard que de Ridley, pero –de lejos—la puesta en escena de Scott es de lo mejor.
Resultado: la Academia nomina a la película, pero no al director. Si tenemos en cuenta que en el año 2000, ‘Gladiator’ se llevó el Oscar a Mejor Película, pero Scott se quedó compuesto y sin premio (ganó Soderbergh por la estupenda ‘Traffic’) pues concluimos que Scott no hace mucha gracia a los que votan.
Tarantino es un talento desbordante. Pero desborda tanto que ahoga al espectador. Eso le pasa con su último juguete: ‘Los odiosos ocho (The Hateful Eight)’, donde vuelve por sus fueros con una película que dura 187 minutos (si la ves en 70 mm). Su talento visual está muy por encima de algunos de los nominados a mejor dirección este año, pero lo cierto es que la historia (algo aburrida en tramos) no acompaña en esta ocasión. Otro ‘outcast’ para los académicos, al que parece que nunca le llegará el Oscar como director…
En cuanto a Aaron Sorkin, pues qué decir de esta pluma prodigiosa, que nos ha regalado grandes diálogos en la pequeña y en la gran pantalla. Ya ganó un Oscar por ‘The Social Network (La red social)’, que era merecidísimo, porque hay que bucear mucho para encontrar unos diálogos tan retorcidos y brillantes como en esa película. En esta ocasión no puedo decir nada de su último trabajo como guionista en ‘Jobs’, porque no he visto la película (ni ganas que tengo), pero Sorkin (casi) siempre se merece tener presencia en estos premios, que aunque a veces son de coña, este año (todo hay que decirlo) han recogido una buena cosecha, con películas tan sólidas como ‘The Revenant’ y ‘Spotlight’.