La procesión de la Hermandad del Cristo Negro cumple 30 años desde que fuera recuperada en 1986, y en esta ocasión rinde tributo a la cofrade número uno y amplia su recorrido para que más personas puedan contemplar este desfile, que el año pasado congregó a 15.000 personas en el casco histórico de Cáceres.
De esta forma, y según explica a AVP el mayordomo de la hermandad, Alonso Corrales Gaitán, la procesión llegará a la Plaza del Socorro y continuará por el adarve del Obispo Álvarez de Castro, Conde de Canilleros, calle de la Estrella y regresar de nuevo a la Plaza de Santa María, de donde saldrá de la concatedral, el miércoles santo, a la medianoche.
Asimismo, el cortejo llevará incienso elaborado especialmente en Jerusalén por religiosos benedictinos, en una procesión que genera una gran expectación popular y mediática, ya que reporteros de la RAI, National Geographic y The Washington Post cubrieron el desfile procesional en 2015, 2014 y 2012, respectivamente.
La repercusión de la procesión, de vinculación templaria, ha ido en aumento
Así, la Semana Santa cacereña, declarada de Interés Turístico Internacional en 2011, volverá a ofrecer una de sus imágenes más buscadas: la salida del Cristo Negro (una singular talla anónima de madera negra, que data del siglo XIV) del templo de Santa María, en una procesión que recorre exclusivamente la zona intramuros de Cáceres, con un inusitado y original carácter medieval.
Hay 4.000 personas en lista de espera para poder desfilar, ya que la hermandad impone un «estricto» numerus clausus. «Se cumple un orden de llegada, y apenas varía ese listado en 5 o 10 personas al año, que suplen a otros hermanos y hermanas que están enfermos o de baja maternal”, ha puntualizado Corrales.
Así, el miércoles santo procesionarán 59 cofrades por antigüedad y desde hace 30 años solo se han producido 150 bajas.
Se trata de un desfile «muy austero» que conserva la originalidad de su puesta en escena medieval, donde procesionan decenas de hermanos con antorchas para participar en este cortejo fúnebre, bajo la advocación de la imagen del Cristo Negro que tanta devoción e interés despierta en distintos rincones del mundo. Una imagen que atraviesa la zona intramuros de Cáceres, acompañada de un silencio roto únicamente por el sonido de la esquila y el timbal destemplado.
Eduardo Villanueva /