sanidad-universal

Historias de Plutón /
JOSÉ A. SECAS

Volvemos, tras el parón del verano, a leer las pedradas del que suscribe que, en esta ocasión, nos viene con un asunto particular. Imagino que el susodicho está seguro de que la denuncia por escrito en los papeles puede dar resultado y que el hecho de disponer de esta plataforma hará que su voz sea tenida en cuenta. En el fondo, es un privilegiado porque su derecho a la protesta y al pataleo puede ejercerlo públicamente, dejar en entredicho al sistema y esperar una reacción positiva que le satisfaga pero, sin duda, su afán crítico va más allá porque su denuncia pretende estimular una reacción global que beneficie a muchos; no sólo a él y, en cierto modo, obligará a una reflexión y, posteriormente, a una acción, por parte de los dirigentes políticos que tienen en sus manos el buen (o mal) funcionamiento de la salud pública.

El que suscribe hará una reflexión (en positivo) del sistema de seguridad social y de su, relativamente, beneficioso y universal carácter pero, estoy seguro, no dejará pasar la oportunidad de personalizar, denunciar y reivindicar sus derechos; habida cuenta de que lleva casi treinta años cotizando y manteniendo con sus impuestos un sistema de salud que, en estos momentos y después de muchos meses esperando, debe funcionar; si o si. Lo hace porque en el mes de julio del año pasado, sufrió un pequeño accidente de moto (en el que solo él estuvo implicado) y se fracturó una clavícula y, a día de hoy, sigue a la espera de que le operen. Veo lógico que esté un poco aburrido (por no decir una palabra más gruesa) de esperar porque casi catorce meses sin poder hacer vida normal es un tiempo más que dilatado para cualquier persona pero su afán y su deseo desinteresado por estimular la bajada de las listas de espera es algo con lo que muchos pacientes más estarán de acuerdo.

El colaborador de Avuelapluma es un contribuyente que exige sean tenidos en cuenta sus derechos, diligencia a los profesionales sanitarios y voluntad (y medios) a los políticos para que esto suceda. Él ya sabe que estamos mal de dinero y que hay otras cosas que hacer y que existen otras prioridades y patatín y patatán pero, en cualquier caso, va a escribir esta columna para que la gente lo sepa y con la egoísta esperanza de que le operen cuanto antes. También, estoy seguro, pretende que esta llamada llegue a oídos de quienes tienen el poder, la responsabilidad y el deber de mirar por la salud de todos y no quiere pensar que para los políticos que nos administran los cuartos, existen otras prioridades anteriores a la salud de los ciudadanos que los hemos elegido. Pongo (y esto ya es de mi cosecha) a la educación a la misma altura que la sanidad porque, si fuéramos más cultos y educados, no nos permitiríamos listas de espera para operaciones superiores a un año. Inconcebible. Ni de caña.

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