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UPA-UCE calcula que Extremadura perdería más de 18 millones de euros en 2014 con el programa

Si la semana pasada la reforma de la directiva europea del tabaco puso en pie de guerra a determinados sectores de la región, esta semana ha sido el turno de la reforma de la Política Agraria Comunitaria (PAC). El programa de la PAC es uno de los más polémicos de la UE; ningún otro ha generado tanto debate, análisis y atención mediática como este. La nueva reforma de la PAC tiene por delante hacer frente a dos graves problemas: el empobrecimiento del campo europeo y la creciente globalización de los mercados en mitad de una crisis económica que no arrecia.

La nueva PAC viene arrastrando una fuerte carga negativa desde el año pasado y los recortes en ayudas para el campo español, que se traducen también un descenso de ayudas para el campo extremeño, ya han originado nuevas críticas.

La organización agraria UPA-UCE Extremadura ha calculado que Extremadura perdería más de  18 millones de euros el próximo año 2014 con la nueva PAC, aunque la Comisión Europea (CE) ha anunciado que revisará a la baja el porcentaje de ajuste de las ayudas directas de la PAC en las solicitudes de 2013, que se harán efectivas el año 2014.

El secretario general de UPA-UCE Extremadura, Ignacio Huertas, ha acusado al ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, de «mentir a los agricultores y ganaderos» y no reconocer que la reforma de la PAC que ha negociado el Gobierno español «únicamente empeora» la situación del campo español.

 

Negociación complicada

El anuncio de la Comisión Europea de recortar en torno al 4% los pagos directos que reciben cientos de miles de personas y entidades en España ha caído como «un jarro de agua fría» en los profesionales del campo de la región, que «ven esto como un síntoma del fracaso de la nueva reforma agraria». Hay que explicar que este recorte de la UE a la PAC ha sido motivado por la falta de entendimiento entre los Veintiocho, en uno de los puntos clave en la reforma de la PAC: el techo de gasto.

La opción de fijar un techo de 300.000 euros a las ayudas por explotación fue un aspecto que la Eurocámara no consiguió hacer obligatorio, por lo que se pacto, a cambio, una reducción progresiva, para aplicar un descenso del 4% en el pago básico de las ayudas de más de 150.000 euros por explotación y año.

«La realidad es que los recortes se empezarán a aplicar desde el año que viene» asegura Ignacio Huerta de UPA-UCE. Antes de que la CE anunciara la nueva propuesta, la organización calculaba que los agricultores y ganaderos extremeños perderían 18 millones de euros en ayudas directas en 2014, de los 162 millones de euros que se perderán en el conjunto nacional.

Para UPA-UCE esto supondría «una auténtica barbaridad», ya que la reducción de fondos «agravará la falta de rentabilidad de las explotaciones por altos costes de producción y los bajos precios que perciben los agricultores y ganaderos», señala.

 

Nueva propuesta

La CE propuso la semana pasada reducir el ajuste del 4% anunciado al 2,5% de los importes percibidos por encima de 2.000 euros en las solicitudes de 2013. En España, el impacto total del ajuste podría reducirse hasta el 1%. De acuerdo a esta nueva información, la Comisión elevará una propuesta de reglamento al Consejo para que adopte el nuevo porcentaje antes del próximo 1 de diciembre.

La Eurocámara, los Veintiocho y la CE lograron a finales de septiembre cerrar los últimos flecos que quedaron pendientes antes de verano de una reforma que, según coinciden todas las partes, permitirá una política agrícola «más verde», porque condicionará un 30% de los apoyos directos a determinados esfuerzos medioambientales.

También pretende asegurar un reparto más «justo» y «equilibrado» entre los agricultores, aunque la convergencia que intentó imponer Bruselas para que todos los productores de la UE recibiesen el mismo nivel de ayuda de aquí a 2019, independientemente de su región o sector, ha quedado atenuada por la presión de Estados miembros, entre los que se encontraría España (una negociación en la que, básicamente, cada gobierno trata de arañar para su país la máxima cantidad de subvenciones; con una visión cortoplacista del problema que arrastra el mundo agrario, que provoca que las zonas rurales se empobrezcan cada año más).

La reforma introduce entre sus novedades la creación de una «lista negativa» con la que definir de manera más clara al «agricultor activo», con el objetivo de evitar que parte del gasto agrícola de la UE va a parar a manos de los llamados productores «de salón» que no desempeñan actividad agrícola alguna, como aeropuertos o campos de golf.

 

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20130627PHT14425_originalLa comisión de Agricultura del Parlamento Europeo aprobó el pasado mes de septiembre los cuatro reglamentos que forman la reforma de la Política Agraria Común (PAC) pactada por la Unión Europea y que en principio entrará en vigor en enero de 2014, aunque muchas de sus disposiciones tendrán que aplazarse hasta al menos 2015 por los retrasos en la negociación. La posición de esta comisión europarlamentaria es la que deberá ahora refrendar o rechazar el pleno de la Eurocámara. Los eurodiputados pueden aprobar o tumbar el acuerdo, pero no enmendarlo. Los Estados miembros también tienen que dar su apoyo formal antes de que concluya el año.[/toggle]

Eduardo Villanueva /

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