La bruja Circe
La magna llamamos en Cáceres a una procesión que engloba todas las cofradías católicas y los pasos de la preciosa imaginería de la ciudad. Son tantos, que se hace cada cuatro años.
Este año con motivo del centenario de la Montaña se ha realizado, solo con las vírgenes más brillantes de la ciudad. 13 pasos con toda su variedad de mantos, adornos y peanas que ya se sabe que por la peana se adora al santo.
Cualquier persona con una mente analítica, con ver el paso deduce unas cuantas cosas sobre esa cofradía, su poder y economía.
En el sentido comercial esto ha movido mucho dinero, son muchos, cientos entre todas las cofradías, de nuevos y mejores hábitos o uniformes, casullas bordadas en oro, de fondo gualda, azul, violeta y otros pendones bordados, múltiples vestidos de colores, bajo preciosas mantillas. (Por cierto María José, muy guapa).
Hasta dos palios y eso cuesta mucho y mueve mucho dinero, en artesanos y productos, además claro de los hosteleros de la ciudad.
Como gente de teatro que he sido siempre, la puesta en escena, va mejorando, el orden, el paso, el movimiento del desfile en general, muy bien y eso que las cofradías no son fáciles de aunar en criterios, en cuestión de imágenes, parecen creer, que la suya es la única y verdadera reina del cielo.
Recordemos el primer mandamiento, Amaras al señor tu Dios, con todo tu corazón, con todas, tu fuerzas, con toda tu alma.. Y solo a él rendirás culto.
No sé habla de excepciones, ni culto a instituciones, ni culto a imágenes, pero cada uno con lo suyo.
Yo me acordé de Moisés, bajando del monte, pero eso lo solucionamos después en algún concilio, poniendo la palabra «veneración», para permitirnos el lujo, de poner, nuestra voluntad de adorar, a una u otra imagen, dentro de lo permitido, lo que tuvo una parte buena y dio lugar a la fantásticas escuelas de imaginería, que este este país alcanzan un esplendor que es imposible no ver, para los ojos ávido de arte como los míos. Verdaderas obras de arte, pasearon la ciudad.
Con lo que no estoy de acuerdo, es que se mezcle lo político, con lo religioso, «que al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios.