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Lunes de papel /
EMILIA GUIJARRO

El gobierno extremeño se empeña en ocultar la hermosa lengua de Cervantes. Andando por las calles de Cáceres me encuentro con unos carteles que anuncian productos en inglés, promocionados por el Gobierno de Extremadura.

Leo en un autobús urbano Extremely good. Y se quedan tan frescos, porque pensaran que los cacereños que pasean como yo saben inglés y han leído a William Shakespeare  de carrerilla, y para más INRI los remiten a un enlace a una página WEB.

Solo un gobierno, empeñado en la propaganda, se le ocurre este despliegue de anglicismos que oculta más que enseña, que tapa con una cortina de modernidad lo que se ha hecho toda la vida.

Como soy muy bien mandada entro en Google, tecleo las palabritas, y me encuentro con el enlace y me entero de que si vengo a Extremadura de viaje voy a tener momentos “good”, con un modelo de “road movie”, clarito como el agua, porque resulta que es una campaña para promocionar el turismo interior.

Extremely good, ·#mi momento good,  podrán compartir momentos good….con el modelo de road movie. Eso dicen los creadores de la campaña..

No es el único ejemplo, no hay más que repasar los tres años de gobierno del partido popular, de Monago, para darnos cuenta de lo “british” que nos hemos vuelto.

Ya nos sorprendió con el ONE (Organizando una nueva Extremadura), el Invest in Extremadura, Extremadura OPEN FUTURE  y otras cosas por el estilo. No entiendo ese colonialismo lingüístico al que el gobierno de Monago somete a los extremeños.

No se trata de renegar del inglés, sino de valorar nuestra hermosa lengua

¿Qué necesidad hay de un programa de “bicing, y no de bicicletas públicas?

Hay gente que se deslumbra con lo que viene de fuera como si lo nuestro fuera inferior, como si por decirlo en inglés fuera todo más “excelente” y así empiezan a difundir palabras que les alivien el complejo de inferioridad.

Otros piensan que hay que usar términos ingleses porque no hay palabras equivalentes en español. En cincuenta  años se nos han colado tantas palabras en inglés como en ochocientos años de presencia árabe.

Un  ticket es un boleto, un backstage es entre bastidores, un planing es un plan y así podríamos seguir hasta el infinito.

No se trata de renegar del inglés, sino de valorar nuestra hermosa lengua, y de no hacer juegos de malabares para llamar de manera diferente lo que se ha hecho siempre vender nuestros productos envueltos en el aroma de la naturaleza, de lo auténtico, de lo natural, de lo puro, de lo bueno.

Si no se enteran los que nos gobiernan, que por lo menos se enteren los asesores.

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