Irene Pozo
Irene Pozo, ganadora del XIX Premio de Microrrelatos "El Brocense" en la categoría de Educación Secundaria

Los certámenes literarios organizados por la Diputación de Cáceres promueven la creación literaria entre los jóvenes y uno de estos talentos emergentes es el de Irene Pozo, ganadora del XIX Premio de Microrrelatos «El Brocense» en la categoría de Educación Secundaria por su obra ‘Amaranta’.

En Avuelapluma.es le entrevistamos para conocer más sobre ella, sobre sus gustos literarios o cómo decidió participar.

Lo primero, cuéntanos de qué va ‘Amaranta’ y cómo surge la idea de escribir esta obra y presentarse al certamen.

Amaranta cuenta la historia de Amaya, una adolescente que encaja a la perfección en el perfil de chica aplicada a sus estudios y que, por ello, se ha ganado la etiqueta de “empollona” por parte de sus compañeros.

En el microrrelato, Amaya decide que se ha cansado de ser víctima de comentarios malintencionados y de palabras hirientes surgidas de la envidia que, aunque lleva ignorando mucho tiempo, ya comienzan a minarle la moral. A raíz de ahí, decide crear el personaje de Amaranta, una tigresa cuyas aventuras recoge en una libretilla verde que la acompaña a todas partes, instándole a tomar ejemplo de su fuerza y valentía para plantar cara a esos comentarios en lugar de seguir dejando pasar todas las veces que le habían hecho daño.

En cuanto al porqué de mi participación en el certamen, me enteré gracias a mi profesora de Lengua, África García, que nos animó a participar.

Yo ya había escrito un relato algo más largo de lo establecido en las bases unas semanas antes, por lo que lo adapté y decidí participar. Luego, en una hora libre que tuve porque había faltado un profesor, decidí perfilar otra idea a la que llevaba dándole vueltas un tiempo, esta idea, la de Amaranta. Simplemente se me ocurrió hacer un cambio en la historia inicial que había imaginado para Amaya y acabó convertida en esto.

Lo curioso de este relato es que, a diferencia de otras cosas que he escrito, surgió a raíz del título, que luego amoldé para poder encerrar un mensaje que llevaba tiempo queriendo transmitir en alguno de mis escritos.

Puedo afirmar con seguridad que Amaya no es la única estudiante que alguna vez se ha sentido así. A lo largo de primaria y -sobre todo- de la ESO, son muchos los estudiantes que sufren por estudiar y por sacar buenas notas. Y me parece irónico que la tendencia en la actualidad sea discriminar a quienes tienen aspiraciones, quienes están motivados o tienen un objetivo claro en la vida. Me parece vergonzoso que personas decididas a dar lo mejor de sí mismas sean quienes sufren, quienes son criticados por no encajar, porque parece que, hablando en general, los jóvenes valoran más a quienes nunca se han esforzado en su vida que a quienes dan el cien por cien de sí mismos cada día.

Escribir un microrrelato te enfrenta a la exigencia de condensar una historia en una extensión muy reducida, ¿cómo afrontaste este reto?

Los microrrelatos nunca han sido mi fuerte: a mí me encanta la narrativa, pero suelo escribir relatos más largos, puesto que en mi estilo de escritura abundan las repeticiones y me fascinan las descripciones detalladas.

Por ello, suele resultarme difícil adaptarme a este formato, pero ya que esta historia es corta y tiene un final abierto, no me ha pasado como en otras ocasiones, en que he tenido que resumir mucho y hacer saltos en la línea de tiempo de la narración para poder cerrar una historia debidamente.

Es decir, en este caso, no me ha costado adaptarme al formato del microrrelato debido a la naturaleza de esta historia.

¿Es la primera vez que escribes o, a pesar de tu juventud, ya tienes callo?

No, en realidad, llevo escribiendo desde que era bastante pequeña.

Por supuesto, lo que he escrito estos últimos meses no tiene punto de comparación con mis primeros escritos, que solían ser historietas sobre elefantes voladores y poemas de animales parlantes de los que hoy me avergüenzo sobremanera. Pero, claro está, por algo hay que empezar.

Desde entonces, he escrito mucho, he participado en varios certámenes y este año he acudido a la Escuela de Jóvenes Escritoras y Escritores organizada por el Centro Andaluz de las Letras, que me ha permitido continuar con mi formación en el terreno literario.

¿Cuál es tu género favorito para escribir o leer? ¿Por qué?

Mi género favorito, tanto para leer como para escribir, es la narrativa. Aunque de pequeña me llamaba mucho la atención la poesía, he ido ganando predilección por la prosa, ya que me resulta mucho más divertida: la disfruto más y permite que las historias se desarrollen de una manera más completa

¿Qué supone para ti haber ganado el XIX Premio de Microrrelatos “El Brocense” y ser la elegida entre 346 trabajos de Secundaria? ¿Podías imaginarlo?

Cuando decides participar en uno de estos concursos suele ser porque, en cierto modo, confías en que podrías tener alguna oportunidad de optar a la obtención de algún premio pero, en este caso, no tenía demasiadas esperanzas depositadas en este microrrelato. Lo que es más, yo participé presentando dos relatos y Amaranta fue el segundo: tenía pensado enviar otro relato en el que llevaba trabajando un tiempo, así que cuando supe que había ganado con este, me emocioné mucho. Me parecía que había sido sólo buena suerte: era como si lo hubiera ganado de rebote.

¿Cuál fue la reacción de tus compañeros y profesores al saber que habías sido la ganadora?

Mis profesores, al enterarse, se sintieron, al igual que yo, contentos de que me hubiera pasado a mí, y todos se apresuraron a felicitarme. En cuanto a mis compañeros, yo no tenía pensado contárselo porque este es el tipo de cosas que prefiero guardarme para mí y del que sólo se habrían enterado mis amigos más cercanos, pero mi profesora se lo contó, así que me tocó agradecer también sus felicitaciones y pasar unos minutillos de vergüenza, porque soy un poco tímida, especialmente para estas situaciones.

¿Qué te parece que la Diputación de Cáceres fomente este tipo de certámenes que pretenden promover la creación literaria entre los jóvenes?

Me parece que es una gran idea, ya que permite no sólo que se multiplique la creación literaria entre los jóvenes, sino también el amor por la lectura. Además, creo que aquellos que ya tienen claro que quieren dedicarse a la escritura, o quienes lo tienen por afición, agradecerán la oportunidad de exprimir y desarrollar sus habilidades en escritura creativa.

FuenteAvuelapluma
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