LA BRUJA CIRCE /
Me consultan con frecuencia gentes que se quejan y se quejan de desilusión. “Desilusionarse”, es perder las ilusiones. Hay que tener en cuenta que cuando uno se hace “ilusiones” está viviendo en una representación sin verdadera realidad, ideas y sueños sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos. No hay ninguna garantía de que eso se llegue a hacer realidad, y lo peor, en la pareja es que creemos que el otro sabe de nuestras ilusiones y nos engañamos pensando que se ha comprometido en satisfacerlas, no es así. De esa ilusión solo nosotros somos responsables, así que si nos desilusionamos es un asunto nuestro.
Nos hemos desilusionado nosotros. No nos ha desilusionado el otro. Por eso, es interesante no esperar nada de los otros, porque de ese modo cualquier cosa que se reciba, si es que se recibe algo, será muy agradable y bien venida.
Por mucho que nos quejemos de si el o ella nos hicieron esto o lo otro, nos dejaron, rompieron nuestra vida, la desilusión es siempre un asunto nuestro, y saber esto nos evitará entrar en un estado desagradable de ansiedad y depresión que destrozará nuestra salud y del que es complicado salir y nos evitará el error de echar la culpa al otro de algo en lo que es inocente.
Pretender que sea otra persona o el destino, quienes hagan nuestra tarea y trasformen nuestras ilusiones en realidad es un error y nos daña a nosotros mismos. En la pareja si deseamos algo del otro, hay que pedírselo con claridad y aceptar con respeto su decisión, nos guste o no.
Si queremos algo de la vida, hay que esforzarse para conseguirlo y no esperar que sea ella la que haga todo el trabajo. Pero aunque queramos creer que hemos hecho todo lo posible, sobre todo en las relaciones de dos, atar a una persona con responsabilidades, deudas o chantaje emocional solo nos traerá infelicidad. Yo os recomiendo no quedarse a vivir en la casa de las quejas, ver la realidad, pasar esa etapa de luto propia de la separación, en un tiempo razonable y recordar que estábamos vivos antes y volveremos a estarlo.
Cuanto menos nos quejemos mas pronto restauraremos nuestro equilibrio emocional y por tanto nuestra salud. Vive el presente.
