Si te viera Schopenhauer /
SERGIO MARTÍNEZ

Vamos a empezar estas líneas en un tono hipster y parafraseando una canción del grupo catalán Dorian que dice el futuro no es de nadie. Y es que eso mismo deben pensar la mayoría de los jóvenes extremeños cuando ven que en Extremadura el 54% de los jóvenes entre 16 y 29 años no tiene trabajo. Es decir, que más de uno de cada dos jóvenes de esta región  no logra encontrar un trabajo. Demoledor.

De esta forma el futuro no puede ser nadie y menos cuando, además,  desempleo de larga duración afecta al 58,1 por ciento, nada más y nada menos, de los jóvenes extremeños que no tienen trabajo. Hay que recordar que se considera parado de larga duración a la persona inscrita como demandante de empleo, de forma ininterrumpida, durante un periodo superior a un año.

Si yo fuera uno de esos jóvenes cogería el título de otra canción de Dorian y me iría ‘A cualquier otra parte’ porque esas cifras muestran que Extremadura no tiene perspectivas de presente ni de futuro para sus jóvenes. Dentro de esta realidad nos encontramos a su vez dos realidades  Por un lado, el de los jóvenes extremeños escasamente formados y que no tienen una  formación profesional  óptima y, por otro, la de los jóvenes universitarios y preparados que tienen que emigrar a otras partes de España o al extranjero porque ven como en nuestra tierra no tienen salida tras años de estudio y formación.

De mi generación, que ya no entra en estas estadísticas porque soy de la generación de los 80, muchos han emigrado buscando opciones laborales y vitales porque Extremadura no se las ofrecía. En estos momentos, tengo amigos en Lisboa, Bruselas, Londres, Edimburgo, Niza, Madrid, Sevilla o Barcelona. Todos ellos con títulos universitarios y un potencial A mi me viene perfecto para poder recorrerme España y Europa a bajo coste pero la perdida del capital humano que padece Extremadura no puede valorarse en cifras.

No me puedo creer que las cosas estén mejor mientras veo como los jóvenes de esta región no tienen oportunidades para desarrollar su futuro. De esta forma, el futuro no es de nadie, y menos en Extremadura.

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