Lunes de papel /
Emilia Guijarro

Empiezo el año escribiendo para este semanal y no quiero hacerlo hablando de los vestidos de las presentadoras de las campanadas de Nochevieja que tantos ríos de tinta están haciendo correr. Fuegos de artificio para que nos enredemos en el torbellino de los de «a favor» y «en contra» y nos olvidemos de cosas que verdaderamente nos importan. Qué fácil sería pontificar de un tema que se repite año tras año para regocijo de los que están encantados con ver como discurren los acontecimientos.

Hoy quiero hablarles de los Premios Corazón de Piedra. Premios que otorga un jurado seleccionado por los Directores y Gerentes de Servicios Sociales, que tiene como objetivo señalar con el dedo, para sonrojo público, aquellas personas e instituciones que más han dañado con sus políticas, o su escasez de ellas, a los colectivos vulnerables.

Este año los premios Corazón de Piedra tenían tres candidatos, seleccionados entre otras muchas instituciones: El Fondo Monetario Internacional, que con sus exigencias de austeridad ha destrozado la vida de tanta gente. Mientras sus más altos responsables han ido cayendo en la ignominia, sometidos al escarnio público por sus actuaciones, seguían apretando el cinturón de pensionistas, dependientes, enfermos, parados, alumnos de todas las etapas educativas, trabajadores, autónomos, mujeres en situación precaria. Se han cebado con la sanidad y la educación y seguirán haciéndolo en este años que comienza.

El segundo candidato, Juan Antonio Pla Reig, obispo de Alcalá, personaje que se ha hecho tristemente célebre por sus diatribas contra los homosexuales. Cada vez que tiene ocasión lanza dardos en sus pastorales contra un colectivo al que tacha de «vicioso», «enfermo», «pederasta» y otras lindezas semejantes.

El tercer candidato no es otro que los 36 ayuntamientos de más de 20000 habitantes que menos han invertido en Servicios Sociales de toda España. Ayuntamientos de todos los signos políticos, que invierten por debajo de la media del conjunto del estado. Lo que conlleva sufrimiento de la población más desfavorecida.

Ellos han sido los ganadores, 36 ayuntamientos que comparten el galardón con Dolores de Cospedal en 2015, y con Mariano Rajoy en años anteriores, cuyos alcaldes recibirán el distintivo para hacer que reflexionen y cambien el rumbo de sus políticas sociales. Todos ellos merecen más debates que la falta o la sobra de tela de un vestido.

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