La Sala de Arte ‘El Brocense’, situada en la calle San Antón, 17 de Cáceres, está considerada como uno de los referentes en el ámbito del arte contemporáneo en España. Su programación de calidad y coherente con las nuevas tendencias en el mundo de la plástica llenan cada mes Cáceres de vanguardia.
Ahora, gracias al ya clásico Premio de Artes Plásticas El Brocense organizado por el área de cultura de la Diputación de Cáceres, que ya va por su XXIV edición, la ciudad se inunda de nuevas miradas. En esta ocasión, la llamada generación ‘Milenial’ ha conquistado a un jurado compuesto por Sandra Guimarães, directora del Bombas Gens Centre dÁrt de Valencia; Beatriz Pereira, directora de la Galería que lleva su nombre, y Francisco Tomás Cerezo, técnico de Arte y conservador del MEIAC, que ha otorgado un primer, segundo y dos terceros premios a propuestas de lo más heterogéneas: instalaciones, escultura, performances y dibujo.
A continuación, vamos a conocer un poco más a los ganadores del certamen:
La alquimia de Cyrielle Marchetti:
¿Es una esponja, una piedra pómez, un animal desconocido o un cuerpo extraterrestre? Así, entre los límites se mueve la obra del francés Cyrielle Marchetti, que juega con lo orgánico, lo escultórico y lo abstracto e incluso recuerda al cine de Cronemberg.
Este autor se inspira, tal y como cuenta a Avuelapluma, «en la naturaleza y la geología, en los cuerpos vivos y no vivos. Investigo figurativamente cómo el dinamismo geológico y la morfogénesis se han convertido en una reserva poética capaz de alterar la percepción del tiempo, el espacio y de las acciones humanas, permitiendo la emergencia de un nuevo espacio, al margen de las lógica abstracta de las transiciones económicas».
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De ahí, del constante cambio llega la «capacidad de desencadenar una metamorfosis inherente a los seres y materiales terrestres». Por tanto, nos encontramos ante un artista alquimista, pues su obra está más cerca «de la metabolización que a la lógica de la visión o la previsión».
No obstante, bajo esta apariencia de ciencia ficción se esconde una «reflexión sobre las biotecnologías y los nuevos medios interactivos, nos ha ayudado a concebir entidades que tienden un puente entre lo mental y lo somático, que pueden convertirse en un portal desde el que acceder a los impensables cambios que han abierto nuestra era, y el siglo XXI».
Todo esto, nos lleva a una crítica feroz del discurso capitalista y, a juicio de Marchetti, «sus desastrosas consecuencias». Por eso, este alquimista no busca oro, si no que quiere dar «una nueva forma a la tierra, mediante el gesto de la creación y la magia del horno. Sin embargo, «creo que el arte está marcado por contemporaneidad. Para mí, no se trata de pararse a pensar con el arte sino que la práctica artística debe reflejar el mundo que nos rodea e invitar al público a reflexionar a través de la experiencia sensorial. Por ello, mi trabajo es muy formal y busca sobre todo despertar y a veces perturbar los sentidos del espectador».
Cabe destacar que se trata de un premio especialmente relevante para Cyrielle Marchetti, pues trabaja con arcilla, un material generalmente relegado a la artesanía y que con este primer premio «me permite dar más visibilidad a mi trabajo y a la cerámica
cerámica contemporánea en general».
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Por eso, ha resultado tan importante este premio para el artista: «me siento muy contento y agradecido de que a ‘El polizón’ se le haya permitido y premiado el acceso sin clandestinidad en este certamen de artes plásticas.
A la pregunta de que si siguen nuestros miedos anidando debajo de la cama, Llopico responde que tras dos años de pandemia «los miedos podían estar no sólo debajo de la cama, sino en cualquier parte de la casa: en el pomo de la puerta, en un grifo, incluso en un beso».
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Así, durante el proceso creativo, «es imprescindible que la temática tenga una estrecha relación con una experiencia personal o una inquietud que me atraviese, pues esto me generará un vínculo para con la obra durante todo el proceso».
Asimismo, como buen dibujante, parte de bocetos y en el caso concreto de ‘El polizón’, su boceto «llevaba meses dando vueltas dentro de una libreta». Y cómo no,» cuando llegó el periodo de confinamiento reinaba una atmósfera mundial de inquietud, miedo, incertidumbre y soledad», el momento idóneo para realizar el dibujo, «cuando precisamente tenía más resonancia emocional. Considero que perseguir este encuentro entre la idea y el contexto genera un magnetismo y fomenta la potencia comunicativa de la obra».
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Igualmente, destacan los diferentes formatos y estilos que presentan un más que interesante caleidoscopio, formado por pintura o escultura, fotografía y videoarte, pasando por instalaciones, dibujos, grabados, libros de artista y arte textil. Así, gracias al área de cultura de la Diputación de Cáceres, en la Sala de Arte El Brocense se pueden ver las últimas tendencias artísticas a nivel internacional.