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Extremadura, entre las regiones donde más cuesta asumir el copago a los pensionistas.

En este juego de números, porcentajes y anuncios fantasmas a los que nos tienen acostumbrados los gobernantes hay un factor determinante, que se ha convertido en uno de los pilares de la maltrecha sociedad española: los jubilados.

Desde que estalló la crisis hay tres millones de ocupados menos en España mientras que el número de jubilados no ha parado de crecer. La lógica recaudatoria del Gobierno central les lleva a exprimir otra área de la debilitada clase media de este país; en este caso mediante el copago.

He aquí un ejemplo de la política ficción a la que parece que nos hayamos acostumbrado durante estos años de crisis: las pensiones suben en 2014 un 0,25%, según el anunció el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Pero, por su parte, el Ministerio de Sanidad que pilota Ana Mato ha incrementado un 1,5% el tope máximo que los pensionistas pagan por sus medicamentos. En principio solo serán unos céntimos más que los límites establecidos hasta ahora en el copago farmacéutico, pero también es un aumento que no se equipara con la inflación.

Expertos aseguran que la mayor parte de las pensiones no permiten «asumir» el copago y tener un nivel de vida «digno»

Una subida que entró en vigor a principios de este año 2014. De esta forma, el límite máximo de copago mensual ha aumentado seis veces la subida de las pensiones. Un incremento que ha mellado el ya reducido poder adquisitivo de los pensionistas, que en los últimos tres años ha perdido entorno a un 2%.

Informe: precariedad económica

Un informe de la Fundación Alternativas elaborado por el presidente de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), Manuel Martín García, indica que actualmente la mayor parte de las pensiones de los españoles «no permiten» mantener un nivel de vida «digno» y «asumir» el copago de los medicamentos implantado por el Gobierno.

La reforma sanitaria impulsada por la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, en marzo de 2012 propició que los pensionistas, por primera vez en la historia del Sistema Nacional de Salud (SNS), tuvieran que pagar un porcentaje del precio de los fármacos comprados en oficinas de farmacia, cuando hasta ahora eran gratis.

El Ministerio de Sanidad ha incrementado un 1,5% el tope máximo que los pensionistas pagan por sus medicamentos

De este modo se estableció que este colectivo debía pagar un 10 por ciento de lo que cuesten estas medicinas, estableciendo topes de 8 o 18 euros al mes en función de su nivel de renta.

Pensiones en el límite de la pobreza

Sin embargo, este informe recuerda que la pensión media, que incluye las distintas clases de pensiones como jubilación, incapacidad permanente, viudedad, orfandad y a favor de familiares, en 2013 se situó en 858,1 euros mensuales de media, pero con «grandes diferencias» en las mismas con 611 euros entre las de mayor y menor cuantía (62 por ciento).

De hecho, avisa, las pensiones de jubilación, incapacidad permanente, viudedad, orfandad y a favor de familiares están en el límite de la pobreza, siendo en gran parte insuficientes para atender las necesidades de este colectivo, por lo que el copago «supondrá incrementar la precariedad económica de estos colectivos y acrecentará las desigualdades de salud y renta entre la población de las comunidades autónomas».

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Ese mismo mes, Extremadura se situaba como la segunda comunidad autónoma con la pensión media del sistema más baja, con 730,23 euros, es decir la que comprende las distintas clases de pensión (jubilación, incapacidad permanente, viudedad, orfandad y a favor de familiares). La región es la segunda con la menor pensión por jubilación del país, en concreto 829,3 euros. El número de pensiones en Extremadura se situó en febrero en 215.311, lo que representa un aumento del 1,7 % con respecto al mismo mes del año anterior, según datos del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS).
Estas desigualdades se pueden producir tanto por renta como por lugar de residencia, ya que las personas que viven en el medio rural están más alejadas de los centros sanitarios, especialmente en comunidades como Galicia, las dos Castillas y Extremadura, de población dispersa y envejecida.
«En estas comunidades una parte importante de los enfermos con necesidades de desplazamiento en ambulancia tendrán que hacer frente a grandes gastos para trasladarse a los centros especializados, lo que supone una discriminación imposible de justificar», han defendido.
Por ello, consideran que el copago limitará el acceso de personas con enfermedades crónicas, discapacidad y escasos recursos a los tratamientos especializados, pese no haber sido decididos por ellos.
«Es inaceptable que se pongan barreas de acceso a los servicios a los colectivos de personas con grandes necesidades asistenciales que deberían tener prioridad en la atención y el acceso a los cuidados», denuncian.

Copago y cáncer

El autor de este estudio ha destacado además el efecto que puede tener el copago en enfermedades más graves como el cáncer, y avisa de que «puede llevarles a interrumpir sus tratamientos con evidente riesgo para su salud, al no poder costear aquellos tratamientos destinados a aliviar efectos secundarios».

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E. Villanueva /

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