La bruja Circe

Cada febrero se viste de color, alegría y festejos, porque febrero es sinónimo de carnaval. Esta fecha pagana se celebra en diferentes partes del mundo desde hace tiempo. En un principio los participantes de los festejos lo hacían con disfraces y máscaras para que no se reconociera su identidad esta época del año era sinónimo de “descontrol” porque «nada estaba prohibido». Poco a poco el carnaval fue mutando y tomando sus formas propias en distintos lugares del mundo. Saturno, momo, Apis o Dionisio, esto no es una novedad sino que es parte de la historia desde la mitología griega, cuando la población tomaba parte en las bacanales y las Dionisias, fiestas que se llevaban a cabo en las calles y en donde se hacían obras teatrales de las que todos disfrutaban y reían

Dioniso es uno de los semidioses más interesantes de los griegos. Hijo de Zeus el gran dios padre de los griegos que era infiel y mujeriego y Sémele, una princesa mortal, nació dos veces debido a que su madre murió durante la gestación más bien los celos de otra diosa la mataron. Viendo la pérdida de su hijo Zeus, se lo cosió en una pierna hasta que terminó su gestación. Reconocido como divinidad, se convirtió en el dios del vino y en el protector de las artes escénicas. Y promotor de lo que ha venido a transformarse en el carnaval.

Felices fiestas

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