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El PP pierde 22 puntos porcentuales respecto a las elecciones de 2011, y Nevado anuncia que no repetirá como senadora.

El “tsunami” sufrido en la región, como lo ha calificado el secretario general del PP extremeño, Fernando Manzano, se hace palpable de manera notable en Cáceres, donde la alcaldesa en funciones, Elena Nevado, ha perdido 5 concejales y más de 15.000 votos con respecto a 2011 (también en Badajoz, donde Fragoso pierde 6 ediles y más de 13.000 votos).

El PP podrá gobernar en minoría al descartar Ciudadanos (C’s) cualquier tipo de pacto con los demás partidos, pero a los ‘populares’ se les plantea una legislatura complicada, acostumbrados a gobernar con una mayoría absoluta más que sobrante.

La corporación del Ayuntamiento de Cáceres que ha salido de los comicios municipales de este domingo incorpora 19 caras nuevas de los 25 ediles que componen el pleno, ya que tan solo seis ediles (cinco del PP y uno del PSOE) repiten experiencia al haber estado ya en la legislatura que ha acabado.

A la espera de posibles pactos de gobierno o acuerdos de legislatura ante la pérdida de la mayoría absoluta del PP, lo único claro es que el Ayuntamiento de Cáceres se constituirá el próximo 13 de junio, sábado, que es la fecha elegida para iniciar la nueva legislatura y la toma de posesión de los nuevos alcaldes.

Ese día, el partido que más renovación incorporará a su bancada es el PSOE, que ha conseguido ocho ediles y donde solo repite el concejal Francisco Hurtado, mientras que los otros siete electos se sentarán por primera vez en el también recién renovado salón de plenos municipal, aunque algunos de ellos ya tienen experiencia en otros cargos públicos.

Así, se estrenarán esta legislatura en la vida política del consistorio el propio candidato socialista Luis Salaya, que estará acompañado de Ana Belén Fernández, María de los Ángeles Costa, Francisco José Calvo, María José Pulido, Andrés Licerán y Susana Bermejo, además de por el mencionado Hurtado.

Por el PP, repiten en la bancada ‘popular’ la propia Elena Nevado, Laureano León, Valentín Pacheco, Pedro Muriel y Marisa Caldera, mientras que se incorporan al grupo Domingo Expósito, María Guardiola, Rafael Mateos Pizarro, Montaña Jiménez, Raúl Rodríguez y Víctor Bazo, que suman los 11 concejales conseguidos el pasado 24M.

En las filas de Ciudadanos (C’s) los cuatro concejales se sientan por primera vez, de manera que Cayetano Polo, Antonio Ibarra, María del Mar Díaz Solís y Víctor Gabriel Peguero se estrenarán en los quehaceres de la política municipal tras su irrupción en el consistorio.

El pleno lo completarán los dos ediles de CáceresTú, la formación avalada por Podemos, Consuelo López Balset e Ildefonso Calvo, que también llegan nuevos al consistorio cacereño, del que han salido los dos concejales de IU que tenían representación en la última legislatura, debido a la escisión del partido de Pedro Escobar.

Nevado se aleja del Senado

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Nevado ha anunciado que descarta volver a presentarse como senadora, aunque ha defendido que, en esta legislatura, ella ha sido una alcaldesa «a tiempo completo» en respuesta a las críticas de la oposición, principalmente el PSOE que ha esgrimido el argumento de que su cargo en el Senado le hacía ser una regidora «a tiempo parcial».

Nevado tiene cerca el ejemplo de Alberto Casero, también senador por el PP, que ha revalidado su mayoría absoluta en el Ayuntamiento de Trujillo. Aunque la trayectoria como senadora a Nevado le ha causado más quebraderos de cabeza, que a Casero; sobre todo después de la infame actuación en la que la regidora votó, hasta en dos ocasiones, en contra de proposiciones que planteaban el mantenimiento de la actividad en el Centro de Formación de Tropa (Cefot) número 1 de Cáceres en la Cámara Alta.

Así, la alcaldesa en funciones ha preferido dar este paso y aseverar que “no me voy a volver a presentar como senadora», aunque no aclara si esperará a las elecciones generales de noviembre o si dejará su escaño en la Cámara Alta próximamente como plantean algunos partidos como Ciudadanos para posibles acuerdos futuros. «Cuando me siente a hablar con Ciudadanos ya veremos cuáles son las condiciones», sentencia.

Tampoco desvela el posible calendario de negociaciones con los otros partidos aunque ha anunciado que la iniciativa la tiene que tomar el PP para llamar a los demás y, para eso, «hay tiempo hasta el 13 de junio».

La Diputación cacereña retorna al PSOE tras un paréntesis de 4 años

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Después de un breve paréntesis de cuatro años, la Diputación Provincial de Cáceres regresa a manos del PSOE, con 13 diputados socialistas, frente a los 11 del PP. Y por primera vez en décadas (desde los tiempos en los que Pepe Mariño arrasara en las municipales de Plasencia, en los 80) se incorpora un tercer grupo a la Institución Provincial: Ciudadanos con un diputado.

Laureano León pasaría así a ostentar una concejalía en el consistorio, después de cuatro años como presidente de la Diputación. En las quinielas suena Rosario Cordero (PSOE) como posible nueva presidenta de la institución. Cordero es actual viceportavoz del grupo socialista y la alcaldesa con más apoyo de la provincia (91%, en Romangordo).

El portavoz de la oposición en la Diputación, Miguel Ángel Morales, ha sido elegido diputado en la Asamblea de Extremadura por Cáceres. 

Opinión

Del GoBex a la Junta

Monago se mantiene como líder de la oposición y no deserta como Rudi o Bauzá

Monago, que no se despega de la política del titular, ha propuesto al PP un pacto de Estado con el PSOE para que gobierne la lista más votada y ha anunciado que se abstendrá para que gobierne Vara. La lista más votada (la del PSOE) gobernará finalmente durante la próxima legislatura (en minoría, si no alcanzan un pacto con Podemos). Con el beneplácito del PP, el líder socialista ya tiene garantizada la investidura en segunda votación con mayoría simple (si en la primera Podemos no vota a favor o se abstiene).

Monago libera, pues, a Vara del ‘secuestro’ de Podemos, que lo mismo no le hacía ni falta, pero como la vela que va por delante es la que alumbra, en este sentido el PP extremeño se apunta un tanto y desde las filas populares recalcan que “no se lo pondrán tan difícil” al PSOE, como cuando el PP accedió a la Junta (luego GobEx, y ahora Junta otra vez, probablemente) hace cuatro años.

Pero este gesto tan humilde se transforma en argucia, cuando observas como el PP tiene varias alcaldías en el alambre: incluidas las de Cáceres y Badajoz, las dos ciudades más importantes de la región, nada menos (en Mérida el PSOE ha sacado mayoría absoluta y en Plasencia el ‘popular’ Pizarro ha revalidad la suya). Por otro lado, Monago tampoco podía pactar con nadie para gobernar; lo tenía muy complicado y por eso en su campaña fue directo a la yugular de Podemos y Ciudadanos, mientras que en la oratoria de Vara se hacía el silencio, por lo que pudiera pasar. Ya lo sabía Monago antes de conocer los resultados definitivos de la noche del 24M y por eso se ha pasado toda la campaña electoral dando la matraca con el tema de dejar gobernar a la lista más votada. En el caso del partido del rap, se la jugaban a un todo o nada.

Y al final ha sido nada. Porque la política del marketing se le ha ido de las manos. Porque para Monago la premisa del ‘menos es más’ no casaba con su estatus de Obama regional. Y porque la gestión del escándalo de los viajes a Canarias fue nefasta y le estalló sin margen de maniobra. Hubiera sido más fácil ser honestos y alegar que viajaba a Canarias porque su pareja (en aquel momento) era de allí y, por tanto, había fijado en las islas su residencia; pero a su jefe de gabinete (el omnipresente Iván Redondo) le pareció mejor apelar a la institución familiar, en la peor tradición rancia de la derecha española. El resultado: un descalabro y la mejor campaña para el PSOE de Vara, que, como él mismo ha reconocido, no se esperaban estos resultados hace seis meses.

Por otro lado, parece que el PP no se ha enterado bien de qué va el tema. Si la ciudadanía apenas ha otorgado mayorías absolutas es porque está harta del rodillo de los políticos en los últimos años. Los partidos tradicionales están condenados a dialogar con los emergentes (y todavía minoritarios), y permitir que gobierne la lista más votada por mandato divino es una ‘cacicada’ de ese bipartidismo que los medios internacionales (que no están tan intoxicados por las siglas) aseguran que se está desintegrando.

Aunque Monago seguirá como líder en la oposición, no parece que su finalidad sea la de ver la luz de un nuevo yo político, como ha sido el caso de Vara, que insistió durante la campaña en que ahora era mejor candidato, después de cuatro años de oposición (aunque a punto estuvo de irse en 2011). Por coherencia, Monago dará paso a otro candidato para las autonómicas de 2019; pero como no ha desertado como otros barones ‘populares’ como Bauzá, Rudi y Fabra, pues lo mismo se reconfigura él solito durante los próximos años y regresa por sus fueros.

En cualquier caso, no parece que Vara lo vaya a tener tan ‘fácil’ como Monago durante esta nueva legislatura. Podemos no es IU Extremadura (o más bien no es Pedro Escobar, que se ha disipado en la región), y el PSOE depende del partido que lidera Álvaro Jaén para sacar adelante leyes y presupuestos durante los próximos años (a no ser que se lleven estupendamente con el PP).

Hacer política en beneficio de la gente humilde y sufriente de Extremadura es la premisa que enarbola Podemos, por lo que deberán esquivar la responsabilidad institucional a la que apelaba Escobar, siendo copartícipe de los recortes, cuando permitía que los presupuestos autonómicos tuvieran luz verde una y otra vez. Una gestión que le ha costado desaparecer del mapa y que le supondrá a IU afrontar un proceso de refundación urgente.

Mientras todo eso se produce, anotemos los nuevos cambios en algún papel timbrado con el nombre oficial de GobEx como símbolo de una legislatura ya caduca.

Eduardo Villanueva /

E. VILLANUEVA /

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