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De Cáceres de toda la vida /
José María Saponi

En la mayoría de los países se conoce como la Epifanía a la llegada de los Reyes Magos. En España existe una gran expectación y multitudinarias son las celebraciones en torno a este evento. Celebraciones que comienzan la tarde anterior a la Epifanía, en la noche del 5 de enero, es la Cabalgata de los Reyes Magos en cada ciudad y pueblo, cuando cientos y cientos de personas salen a las calles para contemplar la recreación de la llegada de los Reyes Magos. En España no es el Niño Jesús, ni Papá Noel, ni San Nicolás el que lleva los regalos el día de Navidad, sino los Tres Reyes Magos, cuya generosidad se comprueba cada 6 de enero, día de la Epifanía.

Es una tradición arraigada en España, con luces navideñas alegrando las calles, escenas navideñas en todos los lugares y villancicos ambientando el conjunto, los españoles celebran la llegada de los Reyes con una alegre cabalgata, la Cabalgata de los Reyes Magos, que desde sus carrozas lanzan regalitos a los niños alineados en las calles, y es una gran oportunidad de los niños para pedirles juguetes a los Reyes.

Su origen se encuentra en el Nuevo Testamento, donde se cuenta que los Reyes Melchor, Gaspar y Baltasar viajaron durante la noche desde los confines más remotos de la tierra para traerle regalos a Jesús, a quien reconocían como el Hijo de Dios. En 1885, el Gobierno de España convocó una cabalgata para honrar esta festividad tan especial, que se mantiene como una emotiva tradición y desde entonces en estas fechas son habituales estas celebraciones que se han convertido en una tradición, que se viene transmitiendo de generación en generación como forma de su conjunto de bienes culturales de todos, como costumbre y manifestación social que se considera valiosa y es por lo que se mantiene tal cual.

“Desde una perspectiva abierta al cambio se aprecia, que la vitalidad de una tradición depende de su capacidad para renovarse, pudiendo modificar su forma para adaptarse a nuevas circunstancias, sin perder por ello su sentido. (Vicente Aleixandre Premio Nobel 1977).

De la tradición, según esto es hija la historia, y lo son todas, pues tradición es narración, opinión y doctrina derivada vocalmente, sin haber escrito, con el uso de padres a hijos, y del que vieron las cosas, a los que no las vieron. (Luis Cabrera de Córdoba, 1611).

Pero no es respeto a la tradición, el espectáculo que montó la alcaldesa de Podemos en Madrid con la Cabalgata de Reyes que más bien fue un ejemplo de hasta dónde puede llegar el intento de manipulación ideológica del verdadero sentido de la noche más especial para todos los niños.

Los Reyes Magos son lo que son, sin necesidad de entrar en más consideraciones religiosas, que son obvias y conocidas. Si a la alcaldesa de Madrid no le gustan, o no cree en ellos, cosa que merece un respeto, lo mejor que puede hacer es suspender la Cabalgata, y asumir el coste político que puede tener entre los ciudadanos, pues es mejor llegar hasta el final con las creencias y no supeditarlas a los intereses políticos, que sería una actitud de valentía. Pero, claro, es más rentable electoralmente gastarse 535.540 euros en montar un carnaval que nada tiene que ver con la Cabalgata de Reyes, que decir que se suspende y se dedica este dinero a otros fines.

Las cosas han de ser como son, sin engaños ni medias verdades o mentiras.

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