¿Cómo surgió la idea de este libro?
Hace unos años realicé mi tesis doctoral de antropología sobre este tema y, desde entonces, no he dejado de investigar la relación entre infancia y sociedad. Este libro es fruto de estos 10 años de estudio.

¿Qué es la etnopediatría?
Es una ciencia poco conocida en España pero que lleva más de 20 años de trayectoria en Estados Unidos. Investiga la forma de criar a los niños en distintas culturas y la influencia de estos diferentes modelos de crianza en la salud y enfermedad.

¿La forma de cuidar a los niños tiene
relación con su salud?

Efectivamente. Todo lo relacionado con la infancia: desde el embarazo, parto, la lactancia, la alimentación, la manera de dormir o el contacto físico con los bebés condiciona el desarrollo de los niños.

¿Existen, por tanto, tantas maneras
de crianza?

Así es, hay culturas en las que los niños no duermen solos porque consideran que es peligroso. Curiosamente, el índice de muerte súbita es casi inexistente en ellas. De hecho, nuestra cultura es minoría. Sólo en las sociedades industrializadas los niños duermen en su propia habitación desde que nacen, toman leche artificial, no se atiende su llanto y tienen escaso contacto físico con la madre o padre. En ¾ partes del mundo no es así.

Los bebés humanos necesitan la presencia de un cuidador, a ser posible su madre, durante el primer año de vida. Es lo mejor para su desarrollo. Esto es así porque los bebés humanos nacen muy inmaduros debido al gran tamaño cerebral de nuestra especie y a que caminamos erguidos. Los niños humanos nacen antes de tiempo y el primer año son muy dependientes. Es una cuestión biológica.

¿Qué consecuencias tiene el modelo
de atención y cuidados a los niños?

Pues por un lado individuales, pero también colectivas. No afecta únicamente a la salud y al proceso de crecimiento infantil, sino que también está relacionado con las enfermedades en la vida adulta, como predisposición a sufrir alergias, a desarrollar enfermedades y trastornos. Además, tiene una repercusión directa en el grado de violencia del grupo humano.

“El modelo de crianza muestra la estructura de una sociedad»

¿Factores como la lactancia materna o cómo duerman los niños pueden influir en que la sociedad sea más o menos violenta?
Así es. Hay investigaciones que lo demuestran. La necesidad de vinculación que tienen los bebés se ha comprobado que tiene una función adaptativa, para favorecer la supervivencia a lo largo de la historia de la humanidad. Pero es que, incluso, en la actualidad un apego seguro es fundamental en la gestión de emociones, el aprendizaje y la capacidad de adaptación, hasta el punto de que puede prevenir la hiperactividad, agresividad o fracaso escolar. No sólo el maltrato físico, sino la ausencia de contacto físico y respuesta a las necesidades emocionales de los bebés, impiden que el cerebro se desarrolle en todo su potencial. Se ha comprobado un menor tamaño del cerebro en niños que no tenían una adecuada vinculación con su madre.

¿Y, por qué los padres, si es tan importante, no tratan a los niños igual en todas partes?
El modelo de crianza muestra la estructura de una sociedad. Las pautas de atención y cuidado en la infancia tienen una función social, puesto que buscan lograr un tipo de individuo y un tipo de sociedad.

Durante la infancia se sientan las bases de nuestra percepción del mundo, de nosotros mismos y de las relaciones humanas.

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