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Mucho ha llovido desde que Rebeca Jiménez (Segovia, 1975) integrara la banda ‘Rosebund’ con la que versionaba canciones de blues y rock. También formó parte de un grupo de electrónica (‘Soulsugar’), hasta que Quique González se cruzó en su camino y la animó a componer en solitario. La artista (hermana de la actriz Lucía Jiménez) presenta su último álbum, ‘Valiente’, en un concierto acústico el 7 de febrero en la Sala Dos del Gran Teatro .

Tu música invita más a tocar en salas, donde crear un clima de cercanía…

Bueno, creo que lo bonito es poder alternar los grandes espacios con los pequeños. Cuando teloneé a Neil Young delante de 6.000 personas en el velódromo de Anoeta fue sencillamente alucinante. Sentir a tanta gente es absolutamente vibrante. Pero siempre volvería a tocar en lugares pequeños, donde empieza todo y estableces un vínculo con tu público.

Es la primera vez que presentas tu último álbum en Extremadura, ¿cómo ha sido la acogida de ‘Valiente’ en tu gira por España?

La respuesta ha sido muy buena. La gira se está desarrollando muy bien. Como en el caso de otros cantautores, los seguidores son muy fieles; puede haber más o menos, según la zona —por ejemplo, recuerdo como al inicio de la gira se llenó la sala Azkena de Bilbao— pero siempre están ahí con mucho respeto y cariño.

¿Quién o qué te hizo dedicarte a la música?

Empecé a estudiar piano desde muy pequeña. Siempre me gustó mucho cantar. Con 19 años formamos una banda de canciones versionadas de rock y blues, pero no pensaba en dedicarme profesionalmente y por entero a la música. En el fondo, quien te hace dedicarte a esto es la gente que admiras. Me encantaba Janis Joplin, The Doors… Yo los escuchaba y pensaba, ‘joder, en otra vida quisiera dedicarme a esto’, hasta que me di cuenta de que no sé si tendremos otra vida y encaré el reto.

“Cuando todo va bien es más complicado que fluyan las composiciones”

¿Cómo ha evolucionado todo desde aquella banda de versiones?

Grabé un disco de electrónica-soul, entre otras cosas, que nunca vio la luz. Se trataba de ir buscando el sitio. Mi influencia reside en el rock y blues norteamericanos y comencé a componer al piano teniendo bien presente esas raíces. Mi estilo combina influencias que van desde Janis Joplin a John Mayer. En esa etapa también fue determinante la gira con Quique González…

¿Cómo fue esa etapa con Quique González?

Fue preciosa. Aprendí mucho con él porque es un compositor brutal. Me animó a que dejara a un lado mis inseguridades, me sentara al piano y simplemente compusiera. Porque hasta ese momento siempre había dependido de componer con otros músicos y Quique fue un poco el detonante de esta carrera en solitario.

“Cantar con Miguel Ríos y telonear a Neil Young han sido experiencias alucinantes”

Parece que el drama y el desengaño están muy presentes en tus canciones…

(Risas) La verdad es que me resulta más fácil escribir cuando estoy de bajón. Cuando todo va bien, cuesta más que fluyan las composiciones. Pero yo no soy nada triste, así que en ‘Valiente’ hice propósito de enmienda para reflejar la cara menos amarga. Escribir al amor o al desamor es un sentimiento tan universal  que todo el mundo puede identificarse y emocionarse. Pero también me gusta que haya temas que inviten a celebrar y aprovechar el momento, como es el caso de ‘De qué lado estás’.

¿Con qué recuerdo musical te quedas de tu carrera?

El más especial fue cantar con Miguel Ríos en una de esas giras en las que anunciaba que se retiraba (risas).  La presentación de esa gira se hizo en Hoyos del Espino y cuando me subí a cantar con él fue un momento muy emocionante; no sabía si reír o llorar. Por supuesto, cuando abrí un concierto de Neil Young y cuando observas cómo hay gente que se emociona con tu música… Eso es muy grande.

 

Eduardo Villanueva /

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