Dudas de papel
Goyo Tovar

Como si a nosotros nos afectase, vivimos atentos a las vicisitudes del presidente de los USA, del presidente de Francia o del presidente de Real Madrid. Cuando ganó Trump las bolsas respondieron con subidas hasta que el Ibex superó el diez mil quinientos como respuesta a sus alocadas decisiones. Cuando supimos que Monsieur Macron traspasó con su europeísmo al ruralismo de Madame Le Pen, de nuevo las bolsas repitieron la juerga financiera; el Ibex llegó a los once mil. Quizá debamos esperar algunos días para comprobar que el triunfo de los hombres de Florentino Pérez empuja al Ibex hasta los once mil quinientos.

A estos datos presidenciales hay que sumar las bondadosas declaraciones del señor presidente Junker, que nos augura una Europa relajada y pujante quizá precisamente porque la válvula inglesa expulsa a la misma Inglaterra de su flemática avaricia. Si a ello añadimos las ilusionantes prospectivas de nuestro presidente del Gobierno, nos espera una repetida época como la de aquellos felices años veinte del siglo pasado.

Otros datos, también crecientes, describen la situación del número de hogares con todos sus miembros en paro. Indaguemos sobre el número de licenciados universitarios diversos y su condición de contratación laboral. Creámonos de nuevo que sigue aumentando el número de niños y niñas que a diario acuden a la escuela sin desayunar. Y así sigan con los pecados ecológicos, los cuidados sanitarios y las atenciones a los menos favorecidos que a la vez son dependientes. Franceses y holandeses se disponen a enterrar al socialismo mientras que los portugueses dan muestras de cómo se sale del atolladero de la crisis. ¿Aprenderemos los españoles algo de esta situación?

Ahora vayamos a Venezuela. Independientemente del guía que contratemos, observaremos cómo un país bañado de riquezas está roto en la pobreza; los números de la inflación son extraplanetarios, es difícil encontrar para comprar jabón, leche, aspirinas,… la represión política es terrorífica, la prensa atada y presa del poder y la ciudadanía sujeta al único recurso pacífico viable: manifestarse para protestar. El ejército y la policía disuelven las algaradas con gases lacrimógenos y los hastiados venezolanos responden con bombas puputov. ¿No le corroe la duda de qué es una bomba puputov?

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