Dudas de papel
Goyo Tovar

El deseo y tendencia a la libertad debe ser tan inmenso e inabarcable, que el conjunto de leyes que se edifican para controlarla, siempre se presenta insuficiente. Los diferentes grupos humanos tratan continuamente de modificar prohibiciones y permisiones y de esta forma se inflan los debates a la vez que florecen las desobediencias. Son tan escandalosos y abundantes los delitos y tropelías que no encontramos sector de población identificado con el respeto modélico a las leyes. Así que nos empujamos para inaugurar una nueva etapa recubierta de nuevas leyes. Conviene entonces reflexionar sobre si además de estar dispuestos a aceptar leyes nuevas también lo estaremos para cumplirlas.

Las alarmas llegan a la misma jefatura del estado, la Casa Real se cubre en estos días de dudas amplias, razonables y abandonadas al chismorreo más pernicioso. Si las declaraciones grabadas a Corinna son las de verdad verdadera, quizá sea de justa mentira las condenas a Vertonic y a Hassel. De cómo pueden evolucionar los valores según los tiempos, parece que vamos a tener ahora prueba suficiente en esta señora que, en poco rato, pudiera pasar de entrañable amiga regia a incalificable rapera.

Aún se muestra una condescendencia hacia la dictadura y hacia las personas que la apoyaron

Otro ejemplo de hermosa duda lo encuentro en las declaraciones del Obispo Cañizares que llama a desobedecer las leyes basadas en la «igualdad» de género; pues entiende y aventura que el uso de esa libertad y principio igualitario acabará destruyendo a la especia humana. Quizá estemos rodeados de gente que quiere ser buena y se topa con policías venales, jueces flojones, profesores deshonestos y monjas torcidas.

El nuevo gobierno ha comenzado a estudiar la viabilidad y posibilidad de ilegalizar ocho asociaciones que se declaran abiertamente defensoras de principios fascistas. Aún se muestra una condescendencia hacia la dictadura y hacia las personas que la apoyaron. Para muestra vergonzante, miles de ciudadanos militantes, votantes y simpatizantes del Partido Popular permanecen con anuencia y beneplácito reproduciendo falsedades y alimentando odios. Quizá ya no se puede hacer en estos días apología de la barbarie etarra; pero se consiente la apología del Alzamiento Nacional que, paradójicamente se ubica su símbolo en un valle dedicado a los caídos en lugar de a los levantados, alzados o elevados.

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