A Capella
Jorge L. Suárez

Después de un tiempo desaparecido, centrado en tareas de diferentes índoles, por fin me siento para plasmar algunas ideas que me han surgido en este tiempo.

Cáceres brilla con esplender todos los meses de abril y de mayo gracias a las diferentes festividades que se desarrollan en nuestra ciudad.

Eventos que no son del gusto de todos pero que la unión de ellos, a pesar de lo dispar de la singularidad de cada uno, hacen que Cáceres tenga una mezcla artística en la que damos cabida a todo tipo de representaciones culturales.

La Semana Santa, La bajada de la Virgen, San Jorge, el WOMAD, la Feria… parece que Cáceres resurge del aletargado invierno, que, aunque hay actividad cultural, las condiciones meteorológicas hacen que estemos más perezosos para disfrutar de la calle y teatros.

Pero aun teniendo todo este tipo de actividad arraigada en la ciudad desde hace muchos lustros, estamos perdiendo la identidad que surgió en los años 80 y 90 siendo la referencia cultural de Extremadura.

¿Estamos dando a Cáceres el lugar que se merece, atraemos calidad, cualquier cosa vale?

Son preguntas que me invaden y no encuentro una respuesta clara.

Como todo en la vida tendremos diferentes opiniones, pero en mi humilde entender no lo estamos haciendo.

¿Qué tipo de actividad cultural tenemos por parte de las administraciones para los preadolescentes, adolescente o pos-adolescentes?

¿En qué hemos innovado en este ámbito? tenemos pequeñas perlas que al final no llegan a los jóvenes, porque no tenemos la información necesaria o si la hay, no son los canales más idóneos para los tiempos que corren.

Echo en falta poner en valor la alta capacidad artística de la propia ciudad, dar salida a esos artistas que estamos viendo crecer en nuestro entorno, ya sea desde la música, letras, teatro, cine etc.

La sensación que me invade es la filosofía de Pan y Circo, como ya utilizaban los romanos, pero no valoramos lo que tenemos. No se potencia de forma clara todo aquellos que se hace o lo que se puede traer. Por supuesto que hay una actividad que no descansa para tener ese mínimo de calidad cultural en la ciudad, pero es de iniciativa privada. Gracias a estos emprendedores podemos disfrutar de cosas diferentes, pero no se encuentra ni el apoyo, ni colaboración, ni simplemente la escucha para estos proyectos.

Desde aquí quiero reivindicar que la cultura no tiene ideología, ni está en posesión de unos ni de otros, la cultura es cultura. Si trabajamos para la calidad de esta dejaremos de ser una ciudad pequeña que vemos como nos pasa el ave por delante sin tener parada en ella, como ocurre realmente. Vamos a trabajar en que Cáceres sea esa referencia en las diferentes artes como ya lo fue y potenciar lo que tenemos, que es mucho y bueno.

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