¿Por qué decidió estudiar en el extranjero?
Porque estudio español en Alemania y en el futuro me gustaría ser profesora y enseñarlo yo a los alumnos. Quiero ser profesora de inglés y español para niños de entre 11 y 16 años, y aunque estos estudios de idiomas extranjeros no son obligatorios, para mí sí lo son, pues si quiero enseñar a otra gente alguna otra lengua tengo que haber vivido en ese país.

¿Y por qué eligió Cáceres?
Fue una recomendación de la madre de una amiga. Ella es española y me dijo que España era un buen sitio. No conocía a nadie cuando llegué a Cáceres, tampoco a ningún alemán, pues aquí soy la única de mi universidad.

¿Cuáles son las similitudes y las diferencias entre su universidad y la de Extremadura?
La organización es muy diferente. Los alemanes son muy puntuales y correctos en general, y aquí, por ejemplo, hasta las primeras cinco semanas los estudiantes internacionales, o Erasmus, no tuvimos nuestras contraseñas para el campus virtual. Esto nos lo puso muy difícil, pues no fuimos matriculadas hasta pasadas cinco semanas.
Pero por otra parte, aquí los profesores son muy abiertos y algunos hacen las clases más fáciles para nosotros. Por ejemplo, en la asignatura de literatura española, como el español no es nuestra lengua materna, no tenemos que leer tantas obras como los españoles porque necesitamos más tiempo para leer los libros.

“Los profesores de aquí son muy abiertos y nos hacen las clases más fáciles a los extranjeros

Y entonces, ¿qué le parece el programa de Erasmus?
Pues me gusta mucho, porque cada uno recibe una beca si tiene buenas notas. Sirve para aprender no sólo el idioma, sino mucho más, como conocer a la gente de un modo diferente, en su propio país. Supone una oportunidad para cada uno.

Por su experiencia, ¿qué opinión le merece Cáceres, su cultura, gente…? ¿Qué es lo que más le gusta y lo que menos?
Cáceres es muy diferente de Alemania. Las gentes cacereñas son más abiertas que los alemanes, todo el mundo lo sabe; y también la vida es aquí más relajada. En Alemania no tenemos la siesta y comemos más temprano, por ejemplo. Todo esto me ha hecho tener que acostumbrarme a la vida diaria en Cáceres.

Y en su vida aquí, ¿le ha resultado algo difícil?
He necesitado sobre todo acostumbrarme a las horas en las que las tiendas está abiertas. Las primeras semanas fueron difíciles por esta diferencia, tenía entonces que pararme a pensar y recordar constantemente que “a las tres de la tarde no puedo ir de compras”.

Fue durante un año ‘au pair’ en los Estados Unidos. ¿Cómo compara aquella experiencia en América con sus estudios aquí en España?
Es diferente, pues como ‘au pair’ tienes tu familia, comida, una cama… y no hay que ir de compras para uno mismo, mientras que como estudiante estás más sola. Como ‘au pair’ siempre hay alguien para cuidarte, y como estudiante estás sola, tienes tú que buscar tu piso, ir de compras…, pero bueno, en Alemania yo ya estaba viviendo sola.
La experiencia en los Estados Unidos fue maravillosa y aquí es diferente, aunque también hay que ver como positivo que la vida de un estudiante es mucho más libre. Puedes estudiar si quieres, puedes salir si quieres, cocinar si quieres…

Al final, ¿qué ha aprendido en España, y qué le gustaría llevarse cuando regrese a su país?
Pues, en general, el modo abierto de la gente y la vida diaria, que es más relajada. Yo soy un poco perfeccionista y entonces no me resulta tan fácil vivir así, pero espero conseguir relajarme un poquito más y no ser tan estricta con todo. Yo creo que al final todo va a ser fácil y a salir bien.

Meredith M. Ashton

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