Helga de Alvear. Extremadura, a la vanguardia del arte contemporáneo
FOLDED (2021) de Antony Gormley, en el Museo Helga de Alvear. Museo Helga de Alvear/Europa Press

Una antigua cárcel, un lavadero de lanas o una casona nobiliaria a la que se le ha dado una vuelta de tuerca, son algunos de los espacios que albergan las propuestas más vanguardistas del arte contemporáneo en la región.

Extremadura es mucho más que arquitectura monumental del medievo y renacimiento. Va más allá del turismo de naturaleza y quiere que tanto habitantes como foráneos descubran una nueva perspectiva y jueguen a reflexionar en torno al arte contemporáneo.

Ahora Extremadura, además de su exquisita gastronomía y rincones con encanto, se fusiona con las más innovadoras corrientes de artistas nacionales como internacionales. Así, a lo largo de la comunidad hay ejemplos de magníficas colecciones permanentes, una buena selección de colecciones temporales, arte efímero, muralismo y arte urbano.

Meiac, de cárcel a museo

La que fue la antigua ‘Prisión Preventiva y Correccional’ de Badajoz, un modelo penitenciario de rotonda e inspirada en el panóptico de Bentham, para que todos los reclusos fueran observados, se construyó inicialmente con las carencias de la España de la época de posguerra. Fue terminada en 1958 y, a finales del siglo XX, José Antonio Galea se encarga de su remodelación. Su colección alberga obras de Jean Laurent, Celeste Garrido o Helena Almeida.

En palabras de su directora, Catalina Pulido “es muy importante que una cárcel, un lugar de represión, sea ahora un espacio de libertad artística y creadora”.

A partir de aquí encontramos su separación de espacios actual: un edificio para la Colección Permanente y las exposiciones temporales, otro espacio para uso administrativo y un amplio jardín, que acoge las proyecciones del Festival Ibérico de Cine.

En el MEIAC dialogan de forma constante Extremadura, Portugal, por el carácter fronterizo de Badajoz, e Iberoamérica. “Es importante tener centros culturales contemporáneos en la periferia. Hasta hace unos años solamente podías verlo en grandes ciudades como Madrid. Con el MEIAC nos incorporamos en los 90 al surgimiento de museos de arte contemporáneo en las provincias”.

Ahora el reto está en buscar nuevos espectadores y acercarse a la sociedad con herramientas didácticas y la comunicación en redes sociales. Así, el Museo trabaja para recuperar figuras desconocidas del panorama extremeño, como Timoteo Pérez Rubio, protagonista de una exposición que se inaugurará a final de mes. Asimismo, trabaja con artistas latinoamericanos y pone el foco en Portugal, sobre todo con el Alentejo, con el programa ‘Campo Abierto’, junto a la fundación Eugénio D’Almeida y en el que las fronteras se diluyen para que haya un flujo de intercambio de artistas.

“El Meiac es mucho más que un sitio donde ver una exposición, sino que es un foco cultural activo y, sobre todo, vivo”.

Fundación Helga de Alvear, la colección privada más importante de Europa

Un resplandeciente edificio blanco se erige en la frontera entre la parte antigua de Cáceres y la nueva: el Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear.

La Casa Grande, en la calle Pizarro, fue el inicio de lo que hoy es el hogar de la colección más importante de Europa y que ahora alberga el edificio construido por Emilio Tuñón, que ya es en sí una obra de arte. En este sentido, cabe destacar que la construcción fue una de los premiadas en la 15º Bienal de Arquitectura y Urbanismo. Además, es candidato al prestigioso galardón Mies van der Rohe 2021, a propuesta del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE) y el pasado otoño obtuvo el Premio Architecture MasterPrize en la categoría de edificio cultural. Igualmente, fue finalista en los Premios FAD de Arquitectura e Interiorismo y, recientemente, Premio Luis Moreno Mansilla, del Colegio de Arquitectos de Madrid.

 
 
 
 
 
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 “El Museo Helga de Alvear está llamado a crear ciudad y comunidad”, relata la coordinadora de este centro cultural, María Jesús Ávila. “La inauguración, el 25 de febrero, fue casi como una antorcha que dio luz a Cáceres”.

“Hemos conseguido que la ciudadanía de Cáceres haga suyo el Helga. Recibimos continuos mensajes de agradecimientos y siempre dicen: volveré”. Este hecho, para la coordinadora, “tiene que ver con que cuidamos mucho la calidad de la visita. Aquí creamos una atmósfera de reflexión, de pausa, para generar pensamiento crítico”.

Asimismo, Ávila explica que “desde el punto de vista arquitectónico el Museo es una pieza llave: se sitúa en el límite del casco histórico y adquiere una apariencia tradicional, pero todo su desarrollo interno y fachada posterior mira a la parte nueva de la ciudad y mira al futuro”. De esta manera, “Cáceres, que tiene un casco histórico impresionante, ahora también se sitúa a la vanguardia de la arquitectura. Ha venido a reorganizar el urbanismo de la ciudad, donde también ha creado una zona verde”.

Y si el continente es una maravilla, el contenido no puede ser mejor con obras de Tomas Ruff, Dan Graham o Josef Albers, entre otros muchos.

“Llevamos trabajando desde 2010 desde Casa Grande con exposiciones fabulosas, ahora tenemos mucho más espacio y podemos mostrar la lámpara de Ai Weiwei o las bolas etéreas de Catharina Grosse, que son piezas con vocación de museo y ahora, por fin, están en un museo”, concluye Ávila.

Cabe destacar también, en esta línea, la iniciativa de Cáceres Abierto, que llena las calles de la ciudad con propuestas cada vez más sorprendentes e innovadoras para que, sin necesidad de entrar en un museo, los viandantes se topen con el arte en las calles y cambien la mirada sobre el espacio que les rodea.

 

 
 
 
 
 
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Museo Vostell: Malpartida de Cáceres es territorio Fluxus

Una de las figuras fundamentales del llamado arte de posguerra, Wolf Vostell (Leverkusen 1932- Berlín, 1998), fundó en 1976 este museo en un antiguo lavadero de lanas.

Según un texto del artista en los Barruecos, “la luna es luna, que las estrellas son las estrellas, que los pájaros cantan y que el hombre es hombre”. Esto quiere decir que las raíces del ser humano siguen intactas en este territorio. De hecho, encontramos la industria de las lanas, la práctica de la trashumancia que convive con la modernidad del siglo XX representada por los coches. Además, las famosas piedras remiten al pasado ancestral del hombre.

Por si esto fuera poco, Vostell se topa con una ciudad llamada Malpartida, cuyo significado le recuerda al Berlín de la Guerra Fría.

A partir de aquí, tal y como reza la tesis de Marina Bargón ‘Del mundo mineral al mundo animal. Wolf Vostell y la utilización de la naturaleza en obras de arte intermedia’, empieza una relación de lo más fructífera con la geología, el agua y la diversidad del entorno natural de Los Barruecos, que suponen un canto a la vida.

 
 
 
 
 
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Por su parte, el director del Museo José Antonio Agúndez, defiende que la llegada de Vostell fue “un punto de inflexión en la región. Trajo la modernidad a Extremadura”. Cabe recordar que “el Vostell es un museo preconstitucional, que gracias a una constelación de voluntades de personalidades del arte, de la Universidad de Extremadura y del pueblo salió adelante esta aventura”.

A partir de aquí llegaron a este rincón empedrado nombres como Elena Almeida, Alberto Carneiro, Canogar, Juan Hidalgo… “El Museo Vostell ha enriquecido de manera muy importante a Extremadura, aunque fuera desde la extrañeza. No se entendía nada, pero generó curiosidad, que es la clave de todo”.

“Malpartida lleva desde los años 70 siendo referencia del arte contemporáneo. Que de repente un pueblo salga en la portada de El País en el 81 genera mucha riqueza”. “Empezamos con 6000 visitantes al año y ahora vienen 50000”. Ahora, para seguir con esa máxima de que ‘el arte es vida’ Agúndez muestra orgulloso “la pasión de la plantilla de trabajadores, que hacen que los visitantes se enamoren del museo y el paraje”. Así, “trabajamos visitas con escolares y muchas otras actividades, como Música Contemporánea, que es un referente a nivel nacional”.

 
 
 
 
 
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Casa Spínola en Azuaga

La pintora Mayte Spínola, perteneciente a esta familia de gran solera en la localidad de Azuaga, fue la promotora de este espacio en la casa de cultura del municipio, ubicado en una antigua propiedad de la familia.

Ahora mismo, este espacio está unido a través de un gran patio con el Museo Etnográfico y es ahí donde el visitante puede admirar obras de Raúl Apausa o Carlos Alcázar.

Así, todo este conjunto alberga casi 200 obras que han sido donadas por Ana de Orleáns; Rosa Martínez de Lahidalga, presidenta de los Críticos de España, Rosa Gallego; Patricia Villalba, vicepresidenta en España de los Amigos del Museo de la Mujer en las Artes de Washington; o Miguel Doménech, patrono del Museo Dalí de Cadaqués.

Estas obras, además, ofrecen una visión de las tendencias actuales del arte contemporáneo: la figuración, la abstracción, el arte conceptual o el videoarte, con nombres propios como Carmen Zulueta o Michéle Barbé, Eduardo Barco o Paul Dieterlen. Otros artistas destacados de la colección son: Regina Rubio, Águeda de la Pisa, Jorge Rando, Soledad Barbadillo, Rosa Serra o la propia Mayte Spínola. Cabe citar también la presencia de artistas latinoamericanos como Pedro Sandoval, Paulina Parra, Willy Ramos, Mónica Sarmiento, Mario de Jesús Rebolledo o Ana Queral.

Fundación VanderLinde en Montánchez

Montánchez, además de ser la cuna del jamón, es también una importante sede de arte contemporáneo en Extremadura gracias a la labor de la Fundación VanderLinde, una iniciativa del pintor Alwin Van der Linde (La Haya, 1957), que vive a caballo entre este municipio cacereño y Madrid.

 
 
 
 
 
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Este museo está en la Casa de las Nogalas, un edificio histórico de 3 plantas cedido por el Ayuntamiento y que muestra tanto las pinturas hiperrealistas del autor, como otras exposiciones temporales. De esta manera, la Fundación ha expuesto a nombres propios del arte contemporáneo como Antonio López o Matías Quetglás.

Lienzos al aire libre

Además de los espacios culturales o museísticos, Extremadura ha buscado ir más allá y ha sacado a la calle el arte contemporáneo a través de iniciativas como los trampantojos de Romangordo, las ‘Fachadas de uralita de Piornal’ o las ‘Fachadas con Vida de Sierra de Gata’.

El objetivo es convertir espacios, muchas veces en desuso o degradados en auténticas obras de arte al aire libre que les aporten una nueva vida y enriquezcan el entorno.

Bajo esta misma premisa, trabaja la iniciativa de la Diputación de Cáceres ‘Contenedores de Arte’, que rescata edificios abandonados y los convierte en “galerías de arte contemporáneo”. Este proyecto considera que es tan importante el proceso de transformación del lugar como luego será el contenido del mismo. Asimismo, trabajan para transformar los espacios, como casas o locales abandonados, fábricas o instalaciones municipales degradadas con creadores y artistas locales. Así, ‘Contenedores de Arte’ ya ha intervenido en 41 pueblos a los que este año se han sumado Zarza de Granadilla y Zorita.

 
 
 
 
 
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En esta línea trabaja también ‘Muro Crítico’, que tiene el objetivo de impulsar el dialogo entre el arte, la sensibilización y el entorno rural con la realización de murales de diferentes estilos artísticos. Para ello se sirve de la creatividad de muralistas y grafiteros de nivel nacional e internacional, que aportan una nueva forma de ver el mundo rural.

 
 
 
 
 
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Una publicación compartida de Pedro Cobo / Fotógrafo. Madrid (@pedrocobo_foto)

Por último, también hay que destacar la apuesta por la arquitectura contemporánea en Extremadura. Merece la pena disfrutar de ella en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida y la Casa de Cultura de Don Benito, ambas obras de Rafael Moneo; la sinuosa Estación de Autobuses de Casar de Cáceres, del arquitecto extremeño Justo García, fallecido recientemente, o el Palacio de Congresos de Plasencia, que se erige a las afueras de la ciudad ‘invadiendo’ el campo, y ofreciendo unas vistas espectaculares. En este último caso, la luz es la protagonista de la construcción, siendo luminoso de noche y de día actuando como una llamada de atención entre el verdor del corazón del Jerte.

Arte y arquitectura unidas para dar a conocer una Extremadura contemporánea, moderna y diferente que asombrará a todos.

 

 

 

 

 

 

 

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