Reflexiones de un tenor
Alonso Torres

Primo Levi, en su segundo libro de la trilogía sobre Auschwitz, “La tregua”, describe, en apenas tres páginas, la vida y la muerte de un niño que él conoció en ese campo de exterminio, y escribía al final de ese capítulo (en realidad el libro está conformado por párrafos) que si él no hablaba de aquel ser (impedido, raquítico, que solo sabía gritar y al que cuidaba otro chaval un poco más mayor), nadie sabría nunca de su existencia (es brutal, todo el libro es brutal), y así sería, sí, si nadie hubiera escrito aquel texto.

Hubo un reportaje en cierta revista que hablaba de una madre subsahariana (en general, “subsahariana”, ¿de dónde era, de qué país provenía, cómo se llamaba su pueblo?) que atravesó el continente desde más al sur del desierto del Sáhara (7.ooo.ooo de km cuadrados, catorce veces España) y que llegó a la Península Ibérica en una primera instancia con un hijo que se le murió por el camino, que la echaron y la devolvieron (“la devolvieron”, la potearon, la vomitaron) a África, y que cruzó por segunda vez El Estrecho y en las playas de Algeciras se ahogó junto con su segundo hijo. Nadie sabría de ella si no hubiera “salido” en aquel reportaje (siento no poder decir el nombre del periodista que dio fe de aquella vergüenza).

¿De dónde era, de qué país provenía, cómo se llamaba su pueblo?

Jorge Semprún (que también estuvo prisionero en los campos de exterminio nazis como Primo Levi, en Buchenwald) escribió en su libro, “La algarabía”, <<que hay mucho que contar pero poco tiempo para ello>>, y yo, que quiero contar “cosas”, les cuento a ustedes que uno de mis alter egos (sé que las comparaciones son odiosas, y más, cuando se pierde, pero heterónimos tenía el maravilloso y extraordinariamente plúmbeo Pessoa, yo solo tengo “yoes”), digo, que uno de mis alter egos es compositor y está componiendo una ópera titulada “Europa”. Primer acto: aldea africana ubicada en el norte de Togo donde vive el protagonista (vida “normal” pasándolas putas para comer y beber); llega alguien y convence al joven para que vaya a Alemania (Togo fue colonia alemana). Segundo acto: viaje a través del desierto (chungo, chungo, chungo) y vista de un puerto del Magreb. Intermedio, Ballet: Los bailarines interpretan a tíos listos bailando muy bien y a torpes negros haciéndolo fatal (mafias Vs estafados). Tercer acto: travesía hacia España en mierda. patera, 78 subsaharianas/os donde solo cabrían 12 europeas/os; llegada a las costas de Cádiz y apresamiento de los migrantes; fin de la historia… ah!, no!, ahora con vox (Violencia, Odio y Xenofobia) expulsión pa los putos negros y negras, o paredón. Fin de la historia.

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