Hubo una época en que la Academia de Hollywood distinguía entre el Oscar a la mejor fotografía en color y en blanco y negro. Hubo una época en que la gran pantalla mostraba actores y actrices con una luz especial, que hoy en día ni con colores. E incluso hubo una época en que a algún magnate de la comunicación (Ted Turner, para más señas, creador de la CNN y del canal TCM) decidió colorear películas clásicas en blanco y negro porque pensó que así tendrían más audiencia. Una tropelía a la altura de las que cometió la censura española en tiempos de Franco.
En este mes de febrero, antesala de los Oscar (que se entregan el dos de marzo), la Filmoteca de Extremadura dedica su sección de clásicos a películas que recibieron este galardón en la década de los 40; todas ellas en glorioso blanco y negro.
De esta forma, se podrá disfrutar en pantalla grande de la primera película estadounidense de Hitchcock, ‘Rebeca’ (1940), donde la recientemente fallecida Joan Fontaine se dio a conocer con este drama, mezcla de suspense, romance e historia gótica de fantasmas. ‘Rebeca’ (que se proyecta en Cáceres el 4 de febrero) ganó el Oscar a mejor película y se llevó una segunda estatuilla por la fotografía en blanco y negro de George Barnes.
La década de los 40 y 50 fue la etapa dorada de Hollywood. Los 40 estuvieron marcados en el celuloide de Hollywood por las consecuencias de la Gran Depresión que vivió el pueblo norteamericano y por la entrada de EE UU en la II Guerra Mundial. Mientras que en Europa se atisbaba el Neorrealismo, Hollywood idealizaba a todo tipo de héroes y reclutaba a grandes artistas europeos que emigraban por el auge del nazismo. Tal es el caso del gran William Wyler, que ganó un Oscar por su dirección de ‘La señora Miniver’ (1942). Una cinta que narra la catástrofe de los bombardeos alemanes en suelo inglés con el trasfondo de una familia de clase alta en una Inglaterra que formó parte de una guerra sin previo aviso. Seis premios Oscar, incluyendo película, actriz y fotografía (se proyecta en Cáceres el 11 de febrero y en Plasencia el 13).
Elia Kazan es otro de los emigrantes que llegaron a Hollywood y enriquecieron de forma magistral la filmografía de EE UU. Tristemente conocido por su destacado papel en la Caza de Brujas del senador McCarthy, Kazan ya daba muestras en los años 40 de su gran talento con ‘La barrera invisible’ (1947). La película, en su momento, supuso todo un acontecimiento; un filme de prestigio que contó con tres de los Oscars más importantes: mejor película, director y actriz secundaria. No ha alcanzado la categoría de clásico, pero lo merece por su valiente visión sobre el antisemitismo en la sociedad norteamericana, cuando Occidente apenas había superado las heridas del nazismo (se proyecta en Cáceres, el 18 de febrero).
Cierra este ciclo, ‘El político’ de Robert Rossen. 3 Oscars: mejor película, actor (Broderick Crawford) y actriz secundaria (Mercedes McCambridge). Directa, sin concesiones y —más de 60 años después, la cinta es de 1949— de plena vigencia, gracias a la singular actitud de la clase política ( se proyecta en Cáceres el 25 de febrero).
Eduardo Villanueva /