Mi ojito derecho
Clorinda Power

El otro día andaba pensando en lo feministas que somos mi novio y yo, pero que Islandia lo hace mejor. Islandia ha aprobado una ley por la que las empresas están obligadas a pagar igual a hombres y mujeres por el mismo trabajo. Personalmente creo que esto debería estar recogido en la Constitución de un país, pero a la vista de que algunos interpretan la Constitución como la letra de una canción de Manolo Escobar, la ley me gusta más.

Ayer, mi novio feminista me decía que no tiene ni idea de cuánto cobran sus compañeros de trabajo. Perdón, ¿he dicho compañeros? Quería decir compañeras. Mi novio comparte oficina con su jefe, y dueño de la empresa, y con 6 mujeres, una de ellas es la trabajadora de la limpieza.

Islandia ha aprobado una ley por la que las empresas están obligadas a pagar igual a hombres y mujeres por el mismo trabajo

Ayer hice cuentas en mi oficina y me salieron 40 trabajadores sin contar a las de la limpieza. De esos 40, 22 somos mujeres. En mi empresa existen tres grandes departamentos, el más numeroso está formado por 13 personas, 10 son mujeres y tres son hombres, uno de ellos lidera el departamento. Los otros departamentos también están liderados por hombres. El responsable de la oficina es un hombre. ¿Ya he dicho que de la limpieza se encarga mujeres?

Resulta curioso asistir a un desayuno de trabajo entre seis mujeres y un jefe, escucharlas a ellas llamarse a sí mismas los ángeles de X, asumir en silencio que están orgullosas de contar con un hombre en sus filas, en un departamento históricamente femenino. Asumir en silencio que el lugar de un hombre en un departamento históricamente femenino solo puede ser el de jefe.

Mi novio feminista, a pesar de desconocer el sueldo de sus compañeras de trabajo, dice cobrar más que ninguna. Tiene razones para estar tan seguro: tiene más experiencia que ninguna y además es buenísimo en lo que hace. Mi novio se mearía de la risa si yo le dijera que puede que alguna de sus compañeras cobre tanto o más que él. Islandia ha aprobado una ley por la que las empresas están obligadas a pagar igual a hombres y mujeres por el mismo trabajo.

Un beso desde aquí a todos los hombres de Islandia a los que les van a bajar el sueldo. Ánimo, el feminismo es solo una moda. Ya pasará.

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