La pandemia hizo más visible que nunca los problemas de salud mental, pero aunque se han producido avances en los últimos años en torno a cómo se entiende y percibe la salud mental, todavía persisten creencias negativas que pueden llevar a que las personas no pidan la ayuda que necesitan.

“Acabar con el estigma y la discriminación es una labor de todos, desde los gobiernos hasta la sociedad, pasando por organizaciones como UNICEF”, asegura el director ejecutivo de UNICEF España, José María Vera. Para la infancia, romper el tabú en torno a la salud mental es fundamental para evitar la exclusión de los niños, niñas y adolescentes con algún tipo de malestar emocional o problema de salud mental. En todo el mundo, uno de cada siete niños y adolescentes de 10 a 19 años –el 13% del total- tiene un problema de salud mental diagnosticado. La mitad de los trastornos de salud mental comienzan en torno a los 14 años, y el 75% de todos esos trastornos se desarrollan a los 24, pero la mayoría de casos no se detectan y, por tanto, no se tratan.

De hecho, desde la pandemia, los datos en nuestro país han empeorado ya que desde marzo de 2019 a marzo de 2021 los diagnósticos relacionados con trastornos mentales en Urgencias Pediátricas aumentaron un 10% según la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría. Además, los datos oficiales sobre suicidio reflejan que en 2020 los casos de suicidio en niños y niñas menores de 14 años se duplicaron.

“Estos datos nos urgen a actuar, pero no son cifras frías sobre salud mental. Son niños, niñas y adolescentes que merecen ser escuchados, y queremos decirles que estamos aquí para ellos, que pueden hablar abiertamente de lo que les ocurre. Pero para mejorar su bienestar emocional y acabar definitivamente con el tabú y el estigma, es necesario invertir más y mejor en servicios de salud mental para la infancia y la adolescencia”, concluye Vera.

Para este compromiso UNICEF pide más inversión, reforzar el papel de los centros educativos, apoyar a las familias y promover el final del estigma y la discriminación a través de campañas de salud pública, o un aumento de los contenidos sobre el cuidado de la salud mental en internet y las redes, por ejemplo.

Según la OMS, la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. Esta definición cobra más fuerza que nunca tras el impacto de la COVID-19 y el conflicto armado en Ucrania en la salud mental de la población mundial y, en especial, en la infancia y la adolescencia.

La salud mental afectará a los niños, niñas y adolescentes durante toda su vida, suponiendo un impacto incalculable para ellos, y, por eso, UNICEF seguirá trabajando para proteger a quienes necesitan ayuda y cuidar a los más vulnerables.

#EnMiMente

La última campaña audiovisual de UNICEF, #EnMiMente, invita a los niños, niñas y adolescentes a compartir lo que sienten y a hablar de sus emociones y problemas, para que puedan recibir así la atención y el cuidado que necesitan y merecen. Además, en la web de UNICEF España hay disponibles materiales dirigidos a padres, madres y, en general, cualquier persona que forme parte de la vida de un niño, con el objetivo de que cuenten con herramientas para lidiar con los problemas de salud mental de niños, niñas y adolescentes.

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