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EDUARDO VILLANUEVA

Ni una sola de las películas anunciadas en la Sección Oficial del festival más importante del mundo (o al menos, el más mediático) está hablada en castellano. Ninguna es española; ninguna es hispana. Mientras el Oscar a Mejor Director lleva dos años consecutivos acabando en manos de cineastas mexicanos (Cuarón e Iñárritu), hay que bucear bastante para encontrar un nutrido grupo de nombres españoles a concurso en La Croissette.

El desprecio de Cannes al cine hispano es patente desde hace años. Mientras, San Sebastián abraza los títulos del cine galo y se convierte en una plataforma de películas hispanoamericanas, Cannes obvia nuestro cine y los datos nos podemos remitir: solo hay una Palma de Oro para un cineasta español en 68 ediciones: Luis Buñuel, que ganó por “Viridiana”, levantando la mayor polvareda que se recuerda en la administración del celuloide patrio, después de que L’Osservatore Romano la calificara de blasfema, allá por los años 60.

Almodóvar también se quedó sin palma en 1999, cuando ganó a mejor director por “Todo sobre mi madre”, y Amenábar salió escaldado del festival, cuando presentó “Agora”, la respuesta del público fue fría, tuvo que cortar la cinta y encima salió del Marchè du Film sin una distribuidora para el mercado norteamericano. Resultado: un fracaso de taquilla (a nivel global, porque en determinados mercados funcionó muy bien).

Sea como fuere, Cannes pasa de España. El cine en español, idioma que comparten más de 400 millones de personas, solo estará representado en una sección paralela (Un Certain Regard (Una cierta mirada), con la cinta «Las elegidas», del mexicano David Pablos.

«Hay una película española que nos justa mucho. Sí, hay esperanza», se limitó a decir Thierry Frémaux, delegado general del certamen, en unas declaraciones que parecen de recochineo.

Así, a bote pronto, podemos hacer un repaso somero de la presencia hispana en Cannes: en 2011 solo compitió por la Palma de Oro Almodóvar con «La piel que habito»; en 2012 el mexicano Carlos Reygadas; en 2013 su compatriota Amat Escalante y en 2014 solo el acento argentino de «Relatos Salvajes», de Damián Szifrón, puso la nota hispana en este festival epítome del glamour prefabricado.

Este año, la Sección Oficial ofrece (posibles) perlas (o infumables títulos) de directores ‘ilustres’ como: Gus Van Sant (Sea of trees, con Matthew McConaughey), Nanni Moretti (Mia madre), Paolo Sorrentino (La giovinezza, con Michael Caine y Harvey Keitel), Jacques Audiard (Dheepan, rodada con actores no profesionales refugiados en París), Matteo Garrone (Il racconto dei racconti), Todd Haynes (Carol, con Cate Blanchett y Rooney Mara), Hirokazu Koreeda (Our little sister), Jia Zhangke(Mountains may depart), Yorgos Lanthimos (The Lobster, con Colin Farrell y Léa Seydoux) y el potente Denis Villeneuve (Sicario, con Benicio del Toro).

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