El iceberg – Microrrelatos
Víctor M. Jiménez

Desde niña había oído hablar del baúl de sus ancestros, y ahora, en el desván de la casa abandonada de los abuelos, lo tenía delante. Había sido fácil encontrarlo, de hecho lo recordaba en ese mismo lugar, presidiendo sus juegos infantiles, hasta que consideró que a su edad no era propio andar fantaseando entre cachivaches viejos y polvorientos. Comenzó entonces con otras actividades más propias de jovencitas de buena familia, que la arrastraron a la espiral de una vida adulta salpicada por los coágulos indelebles de las decepciones.

Lo abrió con temor, como si adivinara lo se escondía tras las maderas desvencijadas. Escapó del fondo de las sombras una mariposa blanca que, con vuelo tembloroso, se posó en su cabeza. En ese instante sintió, quizás por primera y única vez en su vida, toda la dicha condensada en una gota de tiempo, lo que la mariposa tardó en salir por la ventana, atraída por el rastro de la luz de la mañana, para ser engullida sin piedad por un pájaro de plumaje gris, como si supiera que ese era su destino inevitable.

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