La bruja Circe

Para realizar este pequeño ritual debes conseguir una piedra lisa redondeada como un canto rodado y más pequeña que tu puño y una velita roja.

Usa el nombre de la gran madre con el que te sientas más cómoda: Gran Madre, Pacha mama, Naturaleza, Madre protectora, María, etc.

Enciende la vela roja en una habitación tranquila, siéntate, sujeta la piedra en tu mano. Respira profunda y rítmicamente y di las siguientes palabras: Invoco la fuerza de la luz y el poder sanador de la fe. Solicito al universo que comience su poderoso trabajo en mi vida y cargue desde ahora una fuerza protectora de luz y energía positiva y protectora en esta piedra para que se transforme así en un amuleto de luz.

 Que la fuerza de la gran madre extienda la mano y nos rodee con paz y fuerza.

Que nos de fe para creer que todo es posible.

Nos proteja de las mentiras y el desaliento y permita que comience la curación de las emociones.

Que se nos conceda la protección milagrosa de la que gozan los niños.

 Pedimos la curación y la gracia para cubrir cada lugar roto. Cada herida Cada dolor de corazón ».

Deja la piedra cerca de la vela toda la noche y deja la vela roja hasta que se apague por completo.

Al día siguiente, recoge la piedra y guárdala en un bolsita, si la hiciste para otra persona dásela o déjala cerca de donde duerme.

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