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Actualmente 170 localidades españolas, entre ellas las extremeñas Cáceres y Villanueva de la Serena, tienen este ‘título’ con el que UNICEF reconoce y acredita a los que han apostado por los derechos de los niños.

“Contribuir a mejorar las condiciones de vida de los niños, niñas y adolescentes, mediante la promoción y la implantación de políticas municipales eficaces que garanticen su desarrollo integral con un enfoque de derechos”. Este es el objetivo general del denominado programa de Ciudades Amigas de la Infancia (CAI), un programa de Naciones Unidas al que UNICEF Comité Español se sumó en 2001 junto con el Ministerio de Sanidad, Políticas Sociales e Igualdad; la Federación Española de Municipios y Provincias; y el Instituto Universitario de Necesidades y Derechos de la Infancia y Adolescencia.

Pero ser una Ciudad Amiga de la Infancia (CAI), como lo son ya en España 170 municipios y dos en Extremadura, Cáceres y Villanueva de la Serena, ¿qué significa exactamente? En líneas generales, el compromiso de impulsar y promover la aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) en el ámbito local; promocionar la participación de los niños, niñas y adolescentes en todos lo temas que les afectan; y fomentar el trabajo entre los distintos municipios que forman parte de esta iniciativa. Y ello, ¿con qué fin? El principal, contribuir al diseño e implantación de políticas públicas eficaces para mejorar el bienestar de los niños, defendiendo sus derechos, fomentando su participación y haciendo de las ciudades entornos más habitables.

Compromisos y obligaciones

Ser una Ciudad Amiga de la Infancia significa, en definitiva, trasladar la CDN al ámbito local, reconociendo a los niños y niñas una serie de derechos, como que sus voces, ideas y opiniones sobre la ciudad que quieren serán escuchadas y tenidas en cuenta en sus familias, comunidades y vida social; que con sus aportaciones se creará un espacio de convivencia mejor para toda la ciudadanía; o que los niños podrán participar en eventos sociales y culturales. Y también, garantizando para ellos otros derechos como que todos recibirán servicios básicos como sanidad y educación; serán protegidos de la explotación, el abuso o la violencia; podrán caminar solos y seguros por las calles; contarán con espacios de encuentro y de juegos para compartir con sus amigos así como espacios verdes y un ambiente sin contaminar; o que todos los niños tendrán las mismas oportunidades, con independencia de su origen, religión, nivel de ingreso, género o discapacidad.

Y el cumplimiento de los compromisos adquiridos al convertirse en una Ciudad Amiga de la Infancia conlleva para el respectivo Gobierno municipal estar obligado a una serie de actuaciones, como impulsar la adopción de Planes de Infancia Municipales eficaces, y que estos cuenten con mecanismos de seguimiento y dotación de recursos; promover la participación de los niños y niñas en la vida pública municipal a través de los Consejos de Infancia; y promover, al mismo tiempo, el trabajo en Red de UNICEF Comité Español con las Entidades Locales, y de éstas con diversos actores públicos y privados presentes en su territorio.

Cáceres y Villanueva de la Serena valoran el programa

“Muy enriquecedor”

El Ayuntamiento de Cáceres decidía hace seis años sumarse al Programa Ciudades Amigas de la Infancia al considerar que las “buenas prácticas” de la ciudad en materia de infancia y familia “eran merecedoras de formar parte de la red”, y para “premiar” a los niños y niñas de la ciudad, y a los profesionales de asociaciones e instituciones “que se esfuerzan con sus actividades por mejorar su calidad de vida”.
En 2010 Cáceres recibía el galardón como Ciudad Amiga de la Infancia, ‘título’ que sería renovado en 2014, y formar parte de esta red nacional ha significado para la ciudad “adquirir una especial relevancia” y que toda intervención que se programa “esté dirigida a mejorar las condiciones de vida de los niños y adolescentes mediante políticas municipales efectivas y que garanticen sus derechos”, señalan Maica Neila y Míriam López, educadoras sociales del área del menor.
Consideran este programa “muy enriquecedor para Cáceres”, porque “visibiliza la consideración y participación de este colectivo (niños, niñas y adolescentes), a veces olvidado por los estamentos públicos”, aunque también se echa en falta, dicen, “un mayor acercamiento y coordinación con otras ciudades de la red”; y aseguran que animarían a otras ciudades extremeñas a sumarse al programa, “porque es una experiencia de la que disfruta toda la ciudad, en especial los niños y niñas, y ayuda a que los esfuerzos en la política municipal referente a los menores adquieran mayor relevancia” . Además, concluye, “facilitaría el poder aprovechar la cercanía entre ciudades para trabajar conjuntamente algunos aspectos”.

“Muy completo e importante”

Cuando en Villanueva de la Serena se tuvo conocimiento de la existencia de un Programa de UNICEF cuyo objetivo era dar a conocer los derechos de los niños y respetar la Convención sobre los mismos, se consideró que era “un programa suficientemente importante como para que un Ayuntamiento como el nuestro se preocupara en desarrollar políticas destinadas a la infancia y a la adolescencia, teniendo en cuenta sus demandas y necesidades”, recuerda Consuelo León González, concejala delegada de Infancia.
Era el año 2014 cuando Villanueva se unía a este programa, que reconocen “engancha”, es “muy completo”, con cabida para “muchas propuestas y distintas formas de trabajar”, y permite “involucrarse en el conocimiento y valoración del respeto hacia la infancia”. Y aunque su trayectoria como Ciudad Amiga de la Infancia es aún corta, León manifiesta que la experiencia les ha supuesto “tener conciencia muy clara del trabajo que hay que realizar con los niños, niñas y adolescentes, y de que es necesario que sean oídos y estimar sus peticiones”.
La concejala de Infancia concluye asegurando que por su parte animarían a otras ciudades extremeñas a sumarse al Programa Ciudades Amigas de la Infancia, pues en Extremadura, señala, “se trabaja mucho, se organizan actividades tanto en municipios de mayor como de menor población, y sumarse a este programa permitiría que se pudiera producir una interacción entre ellos teniendo en cuenta las características de su población, su similar entorno social…”

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