Reflexiones de un tenor /
ALONSO TORRES

Soy de pocas “nuevas tecnologías” (NN.TT`s), pero el internet (que sale siempre cuando lo tecleas en el ordenador con mayúscula y que yo retrocedo en cuanto termine esta frase, y “corrijo”) me vale, me sirve (¡¡¡hostias, “vale quien sirve”!!!, eso decían los de la O.J.E., Organización Juvenil Española, un remedo infantil de la Falange), digo, que las nuevas tecnologías las utilizo para buscar música y películas cuando en casa reina el silencio y el sosiego, esto es, cuando el Infante se ha ido a dormir.

Y Dimitri, El Absoluto, le canta a ella, a su amor, una canción titulada, “El caballo”

El otro día, la otra noche, como tantas, buscaba películas soviéticas de los años 50, una vez muerto el hijoeputa de Stalin, mientras escuchaba música también rusa (en este caso, rusa, que no soviética) y me fui de unos a otros, de cantantes serios a cantantes no tan serios; de conjuntos militares a conjuntos paganos; de intérpretes masculinos a intérpretas femeninas; de canciones muy populares a otras que no lo son tanto, y tras buscar, buscar, buscar, me di de bruces, otra vez, con La María Schell y Yul Bryner en “Los hermanos Karàmazov”. “Quiero un fiesta decente”, le dice Dimitri al mesonero donde se refugian para huir de sus destinos (suena altisonante, pero es que lo es) dándole, a su vez, un buen fajo de billetes (que son para pagar deudas que no pagará; tan solo una sí ha de saldar, y es a ese padre moribundo que se niega a aceptar sus disculpas porque su hijo no quiere que lo haga hasta que Dimitri, el insultador, diga que su padre no solo es un buen hombre, sino que también es un soldado extraordinario al que él, Dimitri, el insultador, le tiene miedo; impresionante escena)… retomo, Dimitri, El Absoluto, le da dinero, un buen fajo (de esos que van en sobres) de billetes al mesonero, y éste, tras olerlos, dice, “tendrá una fiesta muuuyyy decente”.

Y Dimitri, El Absoluto, le canta a ella, a su amor, una canción titulada, “El caballo”. Puuufffff, nadie mira como La Schell cuando ríe, baila y llora. 

Sigo sin encontrar, en mis noches de casi insomnio (a veces pienso en ti, Echenique) y búsqueda, una canción tradicional, popular rusa, que habla de bandadas de pájaros que pasan volando en un cielo límpido y azul, y de sabrosas manzanas rojas compartidas (y no, no es “La grulla”). Si alguien sabe de ella, por favor, ruego me lo comunique, que estoy casi desesperado y se la quiero “colgar” a cierta persona en su muro de facebú… “hoy, las ciencias”, como sostiene la zarzuela, “adelantan que es una barbaridad”.

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