El 8M es una fecha clave en la lucha por la igualdad. ¿Qué significa para ti actuar en un día tan especial y, además, hacerlo en la Plaza Mayor de Cáceres?

Actuar el 8M en la Plaza Mayor de Cáceres es un honor y una responsabilidad. Es un día de reivindicación, de visibilización y de unión, y la música es una forma de amplificar el mensaje. Como extremeña, poder llevar mi voz y mis canciones a un espacio tan emblemático en una fecha tan significativa me emociona mucho. La música es una herramienta poderosa para el cambio y estar sobre ese escenario es mi manera de aportar a la lucha por la igualdad.

A lo largo de tu carrera, ¿has sentido que ser mujer ha supuesto un reto añadido en la industria musical?

La industria musical sigue siendo un entorno mayoritariamente masculino, especialmente en ciertos espacios de poder. Personalmente, a lo largo de mi carrera, nunca me he encontrado con situaciones en las que se ha cuestionado mi criterio o mi capacidad por ser mujer, aunque me consta que sí les ha pasado a otras compañeras. 

Por suerte, cada vez hay más mujeres tomando la rienda de sus proyectos, y eso es señal de que las cosas están cambiando. Las chicas ya no solo somos las cantantes o las coristas de los grupos, cada vez se ven más guitarristas, bajistas, bateristas… y eso me encanta.

En la composición de bandas sonoras, por ejemplo, hay un porcentaje muy bajo de mujeres, y creo que es importante que se nos dé más visibilidad. Por eso, para mí fue un orgullo hacer la música de La Mesita del Comedor.

En la Gala de los Premios de la Música Extremeña, donde estás nominada como Mejor Artista, veremos a muchas mujeres sobre el escenario. ¿Crees que el sector musical extremeño está cambiando en cuanto a visibilidad femenina?

Sí, aunque aún queda mucho camino por recorrer. Es muy positivo ver que hay más mujeres en la escena extremeña y que se les está dando el reconocimiento que merecen. Aun así, es fundamental seguir trabajando en la equidad en festivales, premios y espacios musicales. 

No es solo cuestión de talento, que lo hay de sobra, sino de oportunidades y de romper con inercias que han relegado a las mujeres a un segundo plano durante demasiado tiempo.

¿Qué referentes femeninos te han inspirado en tu camino como artista?

Tengo muchas influencias, desde artistas icónicas como Janis Joplin, Violeta Parra o Patti Smith hasta compositoras actuales como Eva Amaral o Feist, a las que admiro profundamente. 

También me inspiran las mujeres anónimas que han luchado por encontrar su lugar sin rendirse, más allá de la música, abriendo camino para las que venimos detrás. 

«Es muy positivo ver que hay más mujeres en la escena extremeña y que se les está dando el reconocimiento que merecen»

El 8 de marzo se habla mucho de la sororidad. ¿Has sentido el apoyo de otras mujeres en la música?

Sí, y es algo muy bonito. A lo largo de mi carrera he encontrado mujeres maravillosas con las que he compartido escenario y experiencias, y con muchas de ellas ha nacido una complicidad especial. 

A finales de 2024, por ejemplo, estuve de gira por Montevideo y conocí a Fulana de Val, una cantautora uruguaya que nos hizo de anfitriona por allá. Después ella vino a Madrid y el intercambio cultural fue maravilloso.

La sororidad es clave para transformar la industria y para que cada vez haya más espacios donde las mujeres podamos crecer sin barreras.

En 2021, recibiste el Premio Avuelapluma a la Música en reconocimiento a tu trayectoria profesional, un reflejo de tu constante evolución como artista. Ahora, sigues explorando nuevos caminos con dos adelantos de tu próximo trabajo: «Llamas encendidas», con una faceta más electrónica, y «Año Nuevo», con un tono más íntimo e intenso. ¿Cómo ha sido este proceso de transformación en tu sonido y qué podemos esperar de lo que está por venir?

Recuerdo con muchísimo cariño la noche en que me entregasteis el Premio. Mi madre exhibe la pluma en la mesa del salón con orgullo. Me gusta que una condecoración tan especial y extremeña me espere ahí, en mi tierra. 

Siempre he creído en la evolución natural de la música y me gusta explorar nuevas sonoridades sin perder mi esencia. Llamas encendidas representa una búsqueda más experimental, con sintetizadores y una producción más arriesgada, mientras que Año Nuevo tiene una carga emocional más intensa, con arreglos de cuerdas mucho más orgánicos. Son los dos primeros adelantos del nuevo disco, que saldrá después de verano.

Lo que está por venir sigue en esa línea de exploración, con canciones que tienen mucha alma y que nacen de la necesidad de contar historias de una manera nueva.

Como mujer en la industria musical, ¿qué retos has enfrentado y qué mensaje transmitirías a las jóvenes que desean seguir una carrera en la música?

Más que por ser mujer, siento que mi reto ha sido mantenerme fiel a un proyecto que no sigue las reglas de lo comercial. La industria está muy enfocada en los números, en las tendencias, en hacer canciones de consumo rápido, y a veces es difícil sostener un proyecto que apuesta por la autenticidad y por un discurso propio. A las jóvenes que quieran dedicarse a la música, les diría que sean fieles a su visión, que no dejen que nadie les diga lo que pueden o no pueden hacer y que confíen en su talento.

Por último, si tuvieras que elegir una canción que represente la lucha de las mujeres, ya sea tuya o de otra artista, ¿cuál sería y por qué?

Hay muchas canciones que han marcado la lucha feminista, pero si tuviera que elegir una propia, me quedaría con la reinterpretación que hice de La Serrana de La Vera.

Se trata de un romance antiguo que cuenta la historia de una mujer que vive en la sierra y seduce a los hombres que pasan por su territorio. Tras una noche de pasión en su cueva, los mata para que no la delaten. Finalmente, el pueblo la captura y la ajusticia. 

Creo que, en el fondo, lo que realmente se quería transmitir en estos cuentos era que el deseo femenino es algo peligroso y castigable. 

Mi canción la ensalza como una figura indómita y magnética, reivindicando su historia desde otra perspectiva.

Si tuviera que elegir una de otra artista, diría Ain’t Got No, I Got Life de Nina Simone, porque es un himno a la fortaleza, la identidad y la dignidad de ser una misma.

FuenteAvuelapluma
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