Como mujer al frente de una empresa de telecomunicaciones, ¿cuáles han sido los principales retos que has tenido que superar en un sector predominantemente masculino?

Uno de los retos ha sido, como en otros sectores, que como mujer te tomen en serio. Ya no me ocurre, pero al principio, sí había personas que me preguntaban por mi jefe o el responsable. Mujer y joven, ¡lo tenía todo!
Las empresas y personas con las que trabajamos, suelen ser respetuosos conmigo como responsable. Las personas que no querían tratar con mujeres al mando, se han ido jubilando y han dado paso a varones con nuevas mentalidades. Y si no tienen una nueva mentalidad, no les queda otra que asumir que las mujeres hace años que estamos aquí y que nos necesitamos mutuamente para evolucionar empresarialmente hablando. Tenemos mucho que aportar.

¿Qué medidas habéis implementado en Wifextel para fomentar la igualdad de género?

La medida principal es el sentido común. Todos son iguales en la empresa, mismos derechos y obligaciones. La única diferencia es su cargo o sus funciones. 

En plantilla tenemos mujeres que hacen funciones administrativas y comerciales, Montse en Cáceres y María José, que también es mi socia, en Zafra. Además, trabajamos con distribuidores que son responsables de zonas geográficas que gestionan ellos. Tenemos dos casos en que son mujeres: Cristina en la zona norte de Cáceres y Marta en Monesterio. En el caso de Marta, también hace labores técnicas. 

A lo largo de tu trayectoria, ¿has notado algún cambio en los últimos años respecto a la presencia de mujeres en este sector?

Normalmente la mujer está ocupando labores administrativas y comerciales. pero sí hay casos de mujeres dando soporte en operadores de internet y telefonía. No es tan raro, que en una llamada de soporte, detrás haya una mujer atendiendo. 

Cierto que en actuaciones sobre las redes de internet (fibra, wimax, móvil) no las he visto nunca. Pero sé que en los institutos de FP, ya hay mujeres en ciclos, que antes eran puramente masculinos, como son la electrónica, construcción y telecomunicaciones. 

“Ese día tomé conciencia de lo mucho que nos quedaba por avanzar en igualdad de género y la fuerza que podíamos tener si estábamos unidas. Es un recuerdo imborrable para mí»

¿Qué consejo le darías a aquellas jóvenes que estén considerando desarrollar su carrera en el ámbito de las telecomunicaciones?

Pues mi consejo vale para todos los sectores y todos los ámbitos. Las mujeres deben aprovechar las oportunidades que sus familias y la educación pública les ofrecen. Deben estudiar, algo que les guste y si tiene empleabilidad, mejor. Las que puedan y quieran, que intenten llegar a lo más alto y sean modelos para las niñas que vengan detrás. 

No hay sectores masculinos ni femeninos. Hay trabajos para personas. Y así tienen que verlo. Que cada uno sea lo quiera y pueda ser. 

¿Como podemos avanzar hacia un sector más inclusivo y diverso?

El sector camina hacia ello. Cuando comiencen a salir las primeras mujeres de los ciclos formativos de instalaciones de telecomunicaciones, se verá. Empezaremos a ver mujeres a pie de obra desplegando redes. Porque ya hay ingenieras en telecomunicaciones haciendo los proyectos de despliegues de redes, e investigando en nuevas tecnologías o mejorando las actuales, pero los empresarios y empresarias deben también abrir sus mentes y dejar de pensar que una mujer no puede hacer trabajos técnicos. 

De cara al futuro, ¿qué evolución esperas ver en cuanto a la representación femenina en puestos directivos del sector tecnológico en Extremadura?

En Extremadura hay una escasa representación femenina en el sector tecnológico. 

A pesar de la buena formación y capacitación de las mujeres, sigue habiendo muchos motivos de roles de género que impiden que las mujeres ocupemos estos puestos.

Hago hincapié en la conciliación familiar. A pesar de que muchos hombres están codo con codo con sus parejas femeninas, el mayor peso de la carga física y mental sigue recayendo en nosotras. 

Al no contar con un apoyo familiar para el cuidado de mis hijos, yo misma me he llevado a mis hijos a la oficina, he teletrabajado en el coche mientras iban a entrenar o a inglés. Conozco casos de hijos criados en trastiendas y almacenes, incluso mujeres que renuncian a la maternidad o al segundo hijo, porque sus padres son mayores y no disponen de esa red de apoyo. 

Es necesario que se den políticas sociales y facilidades para contar con red. Cuando esto esté cubierto, muchas mujeres, no tendrán que interrumpir su carrera y su ascenso en los puestos podrá darse. Creo que el cambio va a ser lento. 

Y, para terminar, ¿qué significa para ti el 8M?

Un 8M del 2004 o 2005 fui con mi madre a un acto para mujeres. Ese día tomé conciencia de lo mucho que nos quedaba por avanzar en igualdad de género y la fuerza que podíamos tener si estábamos unidas. Es un recuerdo imborrable para mí. 

Mi feminismo empieza con las charlas con mi madre. Una mujer que tuvo una infancia muy dura. Con su aprendizaje de vida me transmitió la importancia de que yo fuera independiente en todos los aspectos de la vida. Que estudiara, que condujera, que trabajara… Pero a mí y a mis hermanos varones. Mi madre quería que me diera cuenta de que podía hacer lo que quisiera, que no por ser mujer tenía que limitarme. Pero a veces se le escapaba un “¡qué pena hija, que seas mujer!. Es una expresión dura, que con el tiempo comprendí que lo decía por los privilegios del hombre por serlo. 

Como “madre de varones”, cuido mucho el mensaje que doy a mis hijos sobre la mujer. Les hablo de la pornografía, de las relaciones de pareja. En las redes y en la calle les llega un mensaje machista desolador. Y eso hay que contrarrestarlo en casa y centros educativos. También hay que tener en cuenta que en casa tienen un buen referente masculino. 

Otra cosa importante es que debemos ser amigas entre nosotras, ayudarnos y apoyarnos, estar cuando nadie esté. Nuestra rivalidad, nos perjudica. 

Ana Isabel González, gerente de Wifextel

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