House-of-Cards

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EDUARDO VILLANUEVA

Puede ser que la productividad empresarial haya descendido ligeramente los últimos días, por el intenso binge-watching al que algunos internautas se han sometido para devorar la tercera temporada de “House Of Cards” (HoC); donde (SPOILERS de la temporada 1 y 2 al canto) el pérfido personaje de Frank Underwood (clavado por un intenso Kevin Spacey) alcanza el despacho oval, sin haber pasado por las urnas. Porque la democracia está sobrevalorada…

He aquí cinco razones para engancharse a esta adictiva serie de NETFLIX, que tiene una factura impecable y atesora diálogos punzantes, que navegan entre el drama y la comedia más negra.

  1. No-solo-es-una-serie-sobre-política. Después del destripamiento al que Aaron Sorkin nos sometió de las entrañas de la Casa Blanca en “The West Wing/El ala Oeste”, a alguno le puede dar pereza acercarse a otra serie que describa las cloacas de la alta política estadounidense. Pero en la serie de Beau Willimon la política es un factor importante aunque no determinante.
  2. El cabrón de Frank Underwood (a.k.a. Kevin Spacey). Retorcido, despiadado y corrupto. Pero con una elegancia y una sabiduría que ni todos los imputados por corrupción en España alcanzarían. No intentes buscar una alegoría patria al Underwood de HoC; sencillamente, no existe. Un hijoputa en toda regla, al que público llega adorar. Desde la Psycho de Hitchcock ningún sociópata nos caía tan bien. (Mención especial a la Lady Macbeth que tiene a su lado, una pétrea e inquietante Robin Wright).
  3. Frases para enmarcar. “Tienes que ser un poco humano cuando eres presidente” relata Underwood, mientras mea en la lápida de su padre. «Siempre he detestado la necesidad de dormir; al igual que la muerte, pone incluso a los hombres más poderosos de espaldas» o (citando a Oscar Wilde) «un gran hombre dijo una vez: ‘Todo se trata de sexo, excepto el sexo. El sexo trata de poder». Y una última: «No somos nada más ni nada menos que lo que escogemos revelar de nosotros». El cinismo en esta de gracia.
  4. La cuarta pared. Desde el capítulo piloto (que dirige David Fincher) se elimina la cuarta pared y el actor principal habla directamente a la cámara. Mucha de la fuerza que transmite el personaje de Spacey reside en este aspecto. La brutal honestidad de Underwood se cuela durante esos segundos en los que mantiene un diálogo de tú a tú con el espectador.
  5. Periodismo y redes sociales en la era 2.0. «Hoy en día, cuando hablas con una persona, estás hablando con miles», replica la malograda periodista Zoey Barnes a su jefe, segundos antes de enviar un tuit donde cuenta cómo éste le ha llamado ‘zorra’ (‘cunt’), lo que precipita el despido del director del periódico. Si hay algo que capta a la perfección HoC es la connivencia del poder con la prensa, la importancia de manejar información y cómo el uso de las redes sociales ha cambiado el panorama casi radicalmente. Casi tanto como NETFLIX ha revolucionado el audiovisual, en lo que supone un antes y un después en las producciones para Internet. Ningún intento antes de HoC ha tenido tal trascendencia. La primera serie emitida por la red que logró ganar premios Emmy.

 

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