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Mi ojito derecho /
CLORINDA POWER

Fernando Páramo es el secretario de comunicación de Ciudadanos. En un artículo publicado el 5 de marzo en Verne, blog de El País, ante una pregunta directa para que posicione al partido a la izquierda o a la derecha, contesta lo mismo que contesta Albert Rivera (y, de paso, Pablo Iglesias): “Es un debate obsoleto en el siglo XXI y en la política que pide hoy España. Hablar de bandos, rojos y azules, Villarriba contra Villabajo, me parece un debate desfasado». ¿Qué demonios quiere decir con eso? ¿Acaso alguno de vosotros comparte ese discurso? ¿Acaso alguno de vosotros desconoce su ideología? ¿Con qué mano come? ¿De qué pie cojea?

Dice el diccionario que una ideología es el conjunto de ideas fundamentales que caracteriza una manera de pensar, en este caso, de carácter político. Siguiendo con la RAE, “La Izquierda” es el conjunto de personas que profesan ideas reformistas o, en general, no conservadoras. Mientras que “La Derecha” es el otro conjunto de personas que profesan las otras ideas, las conservadoras.

Parece sencillo concluir que un conjunto es antagónico del otro. Y, por tanto, que una persona no puede ocupar dos conjuntos a la vez, por la misma razón que uno no puede no estar en ninguno de los dos conjuntos. O eres conservador, o no lo eres. O eres pobre, o no lo eres.

Igualmente, si para saber si estás en el grupo de los pobres o en el de los no pobres, atenderíamos a una serie de líneas objetivas previamente establecidas para evaluar tal situación, deberíamos poder recurrir a otras líneas igualmente objetivas por las que nos definiríamos como conservadores o no conservadores. Para ayudar a ubicarnos políticamente recurriremos a la ideología. La ideología que reúna aquellas ideas que se acerquen más a las nuestras será, por tanto, la que deberemos adoptar para ubicarnos en un conjunto o en otro. De tal manera, podremos reunirnos con personas afines con las que comportamos idearios afines para luchar por el triunfo de nuestras ideas afines.

Eso, obviamente, no significa que tengamos la misma opinión en todo. Habrá, como en todos los matrimonios, desavenencias y puntos de fuga. ¿O queda alguien que crea que Bella y Bestia comieron perdices todos los días de su vida? Pero estaban de acuerdo en una serie de ideas fundamentales:

—Hola, soy Bella y me gusta mucho tu interior: eres bueno, honesto, decidido, leal, luchador, gentil y, en definitiva, un macho alfa pero con corazón.

—Hola, soy Bestia y tienes toda la razón.

Lo que quiero decir es que el lenguaje solo existe por una razón: para que nos entendamos. Que llegue Ciudadanos, o Podemos, y diga que, después de siglos de revolución y progreso social, no existe en el lenguaje humano las palabras exactas con las que comunicar con qué mano comen y de qué pie cojean, a lo mejor es porque no quieren que sepamos con qué mano comen o de qué pie cojean.

Es una opinión, y espero haberla comunicado correctamente. Porque si vosotros, los que me léeis, no me entendéis, ¿qué sentido tendría decir nada?

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