Y otra más

La bruja Circe

Los 97 asesinatos de mujeres que sumamos este año me hace alzar mi voz, por todas ellas.

Por todas las mujeres, heridas muertas, maltratadas física o psicológicamente.

Y para todos aquellos que alegan que también hay hombres asesinados, pues si y ancianos y niños.

Pero miremos las estadísticas y comparemos. Cuando el punto de partida esté en equidad, podremos solicitar las mismas medidas.

Es decir iguale el número de mujeres al número de hombres condenados y se iguale el número de ambos sexos comenzaremos a estar en equidad.

Porque cuando la pobreza asola miles de familias que viven al límite, no podemos olvidar el incremento de mujeres en situación de des-protección o de alto riesgo de resultar asesinadas.

Y digo que comenzaremos implementando desde la equidad, porque la mujer seguirá llevando la carga de sus hijos, estará más horas en la casa, renunciará a escalar en su desarrollo laboral, en aras de la conciliación familiar en una proporción de nueve veces a una y es consciente del aislamiento social que se sufre tras una separación y más si es traumática.

Nadie tiene derecho a quitar la vida, pero hacerlo tras años de torturas y vejaciones y daños agrava la cosa, hacerlo sobre alguien más frágil, condicionada por su torturador, con los tu no vales nada sin mí y aterrorizada por el mal que de rebote reciben sus hijos, es un agravante que tiene que contar.

Y sobre todo es fundamental el repudio social, sin voces agoreras que pretendan que eso es normal, pues yo les digo, será normal en tu familia. Importante también el repudio total entre los políticos y la gente con influencia y en el día a día de cada uno de nosotros ha de ser total. No lo olvides el que lo tolera lo propicia.