La bruja Circe

En los talleres de relajación o de meditación, siempre hay gentes que les cuesta visualizar, imaginar o ponerse en otro contexto.

Me han dicho, Circe es que yo no sé visualizar.

A ver, claro que sabes.

Lo que quizás no estés entrenad@ para hacerlo en 3D, visualizas cuando estás lejos e imaginas un pan de tu pueblo crujiente, aún oloroso y en su punto de dorado.

Cuando recuerdas el sonido de las canicas.

Cuando rememoras la primera vez que sentiste el mar.

Pues ahora imagina un niño que desde la ventana de su clase descubre un pajarito bebiendo agua y habrás visualizado o al menos abre los ojos a la belleza de la naturaleza.

La naturaleza de los humanos retiene siempre la inocencia de su niño, ese que mientras se sorbía las lágrimas y los mocos, descubría y se ilusionaba con un sapito que había salido tras la lluvia.

Podemos no tener que estar solo feliz o solo triste, es esa capacidad de recuperación, esa es la capacidad de poder estar roto y completo al mismo tiempo.

Cansada pero feliz, como cuando terminamos una tarea.

Triste pero  satisfecha, como cuando hemos hecho todo lo posible por alguien antes que perderlo.

Por eso tú puedes mirar ese pajarito, escuchar ese sonido sanador, leer mis palabras y tal vez te sean útiles aunque hoy estés cansada o triste y disfrútalo y si te gusta compártelo. Pásate por mis redes.

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