La bruja Circe

Desconfía de todos esos maestros que te dicen que manejan la energía y pueden imponerla, es más si lo hacen muy mal hecho, si puedes abrir un canal de energía acércala y la persona tomará lo que desee tomar o lo que esté preparada a asumir.

Yo pienso, que es la energía la que actúa a través de nosotros, la que alarga su brazo y se comunica o te usa de conexión o vehículo, por eso no es ningún juego de niños.

La energía que pasa por ti puede quemarte o sanarte, pero no ve tu cuerpo físico sino el energético. En el difícil arte de visualizar internamente una situación o momento a la par que vivirlo, a través de la meditación o de forma espontánea, se abre un canal y ese canal dependerá de ti, si solo te mueve la compasión el deseo de beneficiar ese será tu canal, si estás iracunda o enfadada ese será tu canal.

Es como los cables de la luz que los hay de, 125 de 250kw hasta la alta tensión. Si tu funcionas en un frecuencia de 250 más te vale no intentar canalizar alta tensión.

Pero en general cuando se dan esos momentos de visualización interna en los que probablemente por querer aislarte del entorno lo ves desde dentro con tus ojos y a la vez como espectadora en tu interior. Se producen instantes mágico. Claro está no puedes ir meditando y visualizando por la vida a cada instante, sería como ir viendo el móvil continuamente, puede que te chocaras o te atropellasen. Os cuento un sencillo ejemplo.

Aquel día, en una de la revisiones oncológicas, encontré una mujer joven tan asustada estaba con su proceso, gritando su dolor, su miedo en silencio, tan frágil y brillante como un cachorrillo de hada asustado, su energía era muy bonita, me senté a su lado y dejé que las palabras moviesen el aire alejando la nube negra que la aprisionaba. Mientras esto pasaba, mi yo interno se concentró en canalizar la energía cósmica sanadora y al hacerlo sentí una nube rosa, como un resplandor que visualizaba se expandía en el entorno. A esta hermanita herida como lo yo lo había estado en otro tiempo, la fue rodeando esa energía sanadora o limpiadora y yo que estaba a su lado me beneficie de ella. Qué maravilla son las bendiciones, caen sobre la persona a quién las dedicas y sobre ti. A su lado lo que yo visualizaba como un muro, un montón de ladrillos que era un varón rígido, acorazado contra el miedo que le invadía, encerrado en su armadura, se removía inquieto ante esa sensación de tanta energía femenina limpiadora y sin embargo al momento se recortó entre el respaldo y la pared y respiro como si hubiese terminado un trabajo feroz.

Así son las cosas de la energía unas veces te alegran y otras te desconciertan.

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