A diario llevamos a cabo ciertas acciones que nos dificultan tener una buena salud y seguro que hay algunos consejos muy sencillos que desconoces. Lo bueno es que nunca es tarde para introducirlos en nuestros hábitos.

EL RUIDO QUE NO ESCUCHAS

Estamos tan acostumbrados a ciertos ruidos del día que, en ocasiones, acaban pasando desapercibidos para nuestros oídos, pero están ahí y a pesar de no apreciarlos los estamos escuchando. Ruido como puede ser el tráfico, el sonido del teléfono sonando constantemente en una oficina o incluso el ruido que hace la nevera de tu piso cuando hay silencio absoluto durante la siesta. No los apreciamos porque nos hemos acostumbrado a ellos pero están y acaban generando un estrés del que no somos conscientes. Buscarle solución es complicado ya que suelen ser ruidos que no controlamos o que son necesarios, pero a veces salir y sentarse en un banco a tomar el aire puede afectar de manera positiva a tu cerebro, ayudando a desconectar del estrés diario, dedícate tiempo y mejora tu salud, tanto física como mental, es igual de importante que lo demás.

EL DESORDEN

No ver las cosas claras, tardar en encontrar algo o incluso perderlo por vivir en un desorden continuo acaba afectando a nuestra salud aunque a veces no le demos la importancia necesaria a estos detalles.

El excesivo desorden puede llegar a convertirse en pequeños obstáculos que añadimos a nuestro día  a día, y por lo tanto, en estrés, que sumamos. Hay que tener en cuenta que aparte de afectarnos psicológicamente también puede hacerlo físicamente ya que, por regla general, el desorden acumula sustancias que pueden convertirse en bacterias y gérmenes que acaban afectando a nuestra salud.

Dedica tiempo al espacio donde pasas gran parte de tu vida, al sitio donde descansas y te relajas. Parece una tontería pero, como ves, no lo es. Cuídate.

EL AGUA

A veces no somos conscientes de lo beneficioso que es para nuestra salud algo tan simple como consumir el suficiente agua diario para nuestro organismo. Suele ocurrir que por pereza o por no darle la importancia suficiente no contamos con ese “plus” de salud que está a disposición de casi todo el mundo. El beber agua no solo afecta positivamente a nuestro cuerpo, dándonos fuerza, resistencia, ayudando a la digestión o a la circulación, sino también a nuestra mente. Mantenerse bien hidratado ayuda a nuestro cerebro a funcionar de manera óptima, evitando cansancios repentinos o falta de concentración. La solución es simple, bebe agua, hidrátate. Beber agua tiene que ser una prioridad.

Como habéis visto cuidarnos es mucho más fácil de lo que pensamos. Solo tenemos que prestarnos la atención que merecemos, dedicarnos el tiempo suficiente y darle importancia a las cosas que nos rodean en nuestro día a día ya que estas pueden afectar de forma positiva o negativa. Y por supuesto, no te olvides de que la salud se compone de cuatro aspectos fundamentales, la salud física, la mental, la social y la ambiental, muchas de estas no dependen directamente de nosotros por lo que si necesitas ayuda, búscala. Cuídate, si no lo haces tú, ¿quién?

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