Desde mi ventana
Carmen Heras

Si yo fuera responsable político (que evidentemente no lo soy) trabajaría para mejorar el sector de los pequeños empresarios, un retorno verdadero de talentos y el aumento de la natalidad o mejora de la crianza.

Porque miren ustedes, cuando se habla con los padres, casi todos tienen a los hijos formados, muy lejos; cuando se charla con las parejas jóvenes la mayoría se quejan de la dificultad inherente a la llegada de sus vástagos. Y cuando se le pregunta a los pequeños autónomos, ellos te resumen su día a día en esa búsqueda frenética de mejores recursos y menores impuestos para poder continuar. Todos se quejan.

En lugares concretos como Cáceres los hay que deben cerrar la empresa o el negocio por las desmedidas rentas de los locales particulares que alquilan. Los propietarios no bajan los números y prefieren tener su propiedad cerrada a rebajar los precios, ante el temor de una devaluación de lo suyo.

Los recursos de la Comunidad no generan riqueza especializada en ella

Hace algún tiempo me repitieron una conversación sostenida con un agricultor castellano, al que se le perdió la cosecha por culpa de un granizo llegado a destiempo.

-“Pedirás una ayuda (por catástrofe) a la Administración, no?”- le comentaron.

-“No, ¿por qué? -dijo él- ¿que culpa tiene la Administración en lo qué ha ocurrido? Utilizaré el seguro y volveré a sembrar”.

Puede que sea llegado el momento de “desoír” esa mentalidad antigua de subvención en todo, para cambiarla por un apoyo serio a las “locomotoras” que “tiran” de la economía de un país o una zona. Las viejas fórmulas están ya suficientemente contrastadas como para saber cuando generan (o no) riqueza, estabilidad, y una buena redistribución de lo que es de todos, entre todos. Porque si no es así no debieran aplicarse.

A mi me parece que tienen las Autonomías un reto importante si desean seguir siendo consideradas “útiles” por la opinión pública. En momentos globalizados y tecnológicos como los de ahora, la única y continua reivindicación ante los poderes centrales, como solución a los problemas, conduce a muchos ciudadanos a pensar que no tiene sentido la duplicación de estructuras, cargos y protocolos, con el consabido gasto para el contribuyente, si todo depende (al cabo) de Madrid.

Y en cuanto a lo referido al gratis total en el campo educativo, me quedo sin palabras. Sobre todo por el razonamiento que se hace para justificarlo. La realidad, señores, es más prosaica. Lo cierto es que no hay trabajo, así que se ofrece formación gratis que, como no genera suficientes puestos de trabajo en la Comunidad, lleva a los jóvenes a buscarlos fuera. Y así, los recursos de la Comunidad, puestos al servicio de ciertos fines loables y lógicos, no generan riqueza especializada en ella. Y lo qué es peor, no mantienen un “banquillo” que sustituya a quienes por razón de edad deban irse jubilando.

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