La bruja Circe
¿Por qué hacer una distinción entre los objetos sagrados y los objetos profanos? Cada uno de nosotros en nuestra casa hemos colocado toda clase de objetos y los hemos puesto allí, porque son útiles o bellos a nuestros ojos y nos relacionamos diariamente con ellos.
Le ponemos intención y cuidado y adquieren un simbolismo. Entonces, ¿por qué no pensar en consagrar tales objetos?
Eso de bendecirlos, de consagrarlos a su tarea o darles energía positiva, que es lo que la magia tradicional ha hecho con ellos y no solo la magia tradicional, en todas las formas de manifestación espiritual. Hacemos un cáliz de una copa entre los cristianos o un muñeco en una maldición en vudú.
Pero en Europa, la brujería tradicional usaba los objetos caseros, la olla que cambia un alimento preciso en un placer, un guiso, a veces delicado, a veces sabroso y representa la alquimia.
La escoba que limpia y desinfecta que acabó por ser la representación de la brujería, y se transforma en una espada contra los gérmenes y las energías negativas, la sal tras la puerta que aleja a los enemigos, las plantas que dan sabor y se convierten en pócimas o medicinas.
Así todos los objetos y elementos, por la calidad que adquieren es importante consagrarlos al bien, a la luz y de ese modo actuarán benéficamente, pero no solo es bendecirlo, trata de utilizar estos objetos con atención, con precaución, dándole su valor tu forma de tratarlos se reflejará en la vibración.
Nuestras abuelas ya lo hacían cuando, limpiaban y sacaban brillo en los dorados y en las cerámicas más estimadas, en los objetos heredados o en los que el esfuerzo por adquirirlos los hacen valiosos. Limpiaban en mi pueblo con una fórmula mágica. Sal y pimentón que limpiaba restos, daba brillo y eliminaba las energías oscuras.
Aunque esta idea sea nueva para ti, la forma de considerarlos, transformaras muchos objetos que te rodean en agentes mágicos unidos a la fuerza de la luz y al bien. Y esa alegría que les imponemos pasa a través de ellos con una energía benéfica y una vibración que se transmitirá a quienes lo usan.
Haz de tu casa un templo, un refugio y un castillo. Bendiciones.