La bruja Circe
Este año de tantos cambios que estamos viviendo, nos trae confusos y alterados y no me extraña la cantidad de consultas y peticiones que me llegan. Estamos asustados, buscamos protección y que nos digan todo va a ir bien.
Continuamente me decís, que amuleto me compro o que vela pongo para resolver esto.
Tradicionalmente en los círculos de entendidos y en la llamada magia tradicional se dice.
Si os limitáis a la acción de comprar una cosa u otra o encendéis una vela sin más, os quedáis en la aleatorio, en el ritual vacío. Aún a ese nivel básico, los amuletos han de ser limpios y estar cargados y las velas son, en la magia simpática para llevar luz o elevar nuestras peticiones y han de ir guiadas por la intención y activadas con las palabras.
Un ritual no es la magia es un acto para acercarse a la manipulación energética con la intención, la acción y la palabra.
Yo me lo explico así, pongamos que la magia es la electricidad, el rito es el enchufe.
Si tú conoces cómo se manipula esa energía puedes usarla en pilas, baterías, corriente alterna, incluso sin ningún enchufe, porque puedes hacer una conexión directa. Puedes enchufar una lavadora o un misil.
La importancia del rito pienso yo, está en que permite a cualquiera sin conocimiento, usar esa energía, un poquito de esa energía, que está en el universo y por tanto en cada uno de nosotros.
Pero también los grupos y religiones descubrieron, que además, de tu, beneficiarte de un enchufe de donde tomabas energía a través de un rito, ello podían usarte.
Por ejemplo la oración. El que dirige, mago, político, sacerdote, chaman o gurú de los medios, puede conectarse a la vez con todas las personas y aprovechar, incluso manipular, la energía personal, juntado miles y miles.
Y eso es grande y peligroso, porque es una intención, ajena a ti, a veces beneficiosa otras destructiva, ¿quién utiliza esa energía? Se usa, tu conexión y tu energía y tú eres responsable.
Somos cada uno de nosotros los que decidimos en que vamos a participar.
Y lo hacemos cada vez que participamos en grupos, manifestaciones, protestas o apoyos, siguiendo las directrices, consejos o ritos de otros.
Lo hacemos a nivel religioso, social, político, en los grupos deportivos, el los culturales y más hasta crear esta corriente que hace fluir las sociedades, de la paz a la guerra, de la apertura a la cerrazón, de la importancia de la vida y su proteccion, a su más absoluto desprecio, desde el respeto por los demás hasta la violación de todas las libertades individuales, desde el orden, al caos.
Atiende bien a quien cedes tu energía, en que la usas, mantente crítica e informada, no te escudes en los, yo no sé, porque al hacerlo estás dejando tu puerta abierta para que otros usen tu casa.
Y eso incluye en difícil ejercicio de mirar nuestras propias segundas intenciones y también de las de cada uno de los que nos rodean.
Claro está que es más fácil dejarse fluir y navegar en cualquier balsa sobre la corriente.
En todo caso que la fuerza nos acompañe.
